Deben acabarse las masacres: Obama

El Presidente visita a familiares de las víctimas y promete usar su autoridad

NEWTOWN, Connecticut.— El presidente estadounidense, Barack Obama, propuso ayer cambios profundos en Estados Unidos para evitar nuevas matanzas masivas como la que sufrió Newtown el viernes, con 20 niños pequeños y seis adultos asesinados a tiros de fusil.

“Ya no podemos tolerar esto. Estas tragedias deben terminar y, para terminarlas, debemos cambiar”, urgió Obama en una vigilia interconfesional en homenaje a las víctimas de la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut).

Obama reconoció que ninguna ley puede eliminar el mal ni prevenir la violencia, pero eso “no es una excusa para no actuar”, y anunció que en las próximas semanas usará “todo el poder” de su cargo para lanzar una discusión en la sociedad estadounidense sobre “cómo prevenir tragedias como ésta”.

Ante los cientos de personas que atestaban el salón de actos del instituto de enseñanza media de la ciudad, Obama dijo que Estados Unidos tiene la obligación de cuidar de sus niños, y “si no podemos hacerlo bien, no podemos hacer nada bien.”

“¿Cómo podemos decir, como país, que estamos cumpliendo nuestras obligaciones?”, se preguntó, y reflexionó que “no estamos haciendo bastante”.

Muchas familias acudieron con niños pequeños, que llevaban en su mayor parte muñecos de peluche.

La atmósfera estaba muy cargada, con muchos adultos enjugándose lágrimas y un ambiente general de tristeza y pesadumbre. Antes de la ceremonia, muchos asistentes se abrazaron y se consolaron entre sí, puesto que en esta ciudad de 27.000 habitantes prácticamente todos conocían a alguna de las víctimas.

Ante esta audiencia, Barack Obama recordó que, desde que ocupa el cargo, ésta es la cuarta vez que acude a una comunidad víctima de tiroteos masivos y, además, entre cada uno de ellos se ha producido “una serie sin final” de muertes, muchas de ellas de niños, por armas de fuego en todo el país.

Obama admitió que hay “causas complejas” a la violencia en EEUU” e insistió en que “no podemos aceptar como rutinarios acontecimientos como este”.

Desde el tiroteo del viernes, en el que Adam Lanza, de 20 años, mató a su madre y luego se dirigió a la escuela para perpetrar la matanza antes de suicidarse, han surgido numerosas peticiones para que la Casa Blanca encabece un nuevo intento por controlar la venta de armas en este país.

El presidente, con tono sombrío pero sereno, dijo a los ciudadanos y familias de las víctimas que venía “a ofrecer el amor y las oraciones de todo el país”, incluso afirmó que era “muy consciente de que las palabras solas no pueden calmar su dolor”.

Obama leyó uno por uno los nombres de los niños asesinados, y recordó también el valor del personal de la escuela, que “no se acobardó.”

Antes del inicio, los asistentes se pusieron en pie para ovacionar la entrada de algunos policías y miembros de servicios de emergencia que acudieron a la escuela tras el tiroteo, algunos de los cuales no pudieron ocultar las lágrimas por lo duro de las escenas que tuvieron que presenciar en la escuela.

En la ceremonia interconfesional intervinieron religiosos de diversas confesiones cristianas, así como de la judía y musulmana.

Antes de la vigilia, Obama y el gobernador de Connecticut, Dan Malloy, se reunieron en privado con familiares de las víctimas y con miembros de los servicios de emergencia que acudieron a la escuela.

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