Aumento de salario, reducción de la jornada laboral y otras claves de la huelga de trabajadores de General Motors, Ford y Stellantis
General Motors, Ford y Stellantis no alcanzaron un acuerdo con los sindicalistas en las conversaciones que comenzaron en julio, que contempla salarios, prestaciones sociales y condiciones laborales.
General Motors, Ford y Stellantis, tres de las compañías fabricantes de vehículos en Estados Unidos, se encuentran afectadas por la huelga sin precedentes que comenzó este viernes un grupo trabajadores agrupados en el sindicato United Auto Workers (UAW).
De tres fábricas, a aproximadamente 13,500 personas están en protesta y, según Shawn Fein, presidente de la agrupación, esta es la primera vez en la que todos lo hacen al mismo tiempo.
“Seamos claros: nadie quiere hacer huelga”, dijo. “Pero respeto el derecho de los trabajadores a utilizar sus opciones dentro del sistema de negociación colectiva. Y ahora comprendamos la frustración de los trabajadores”, añadió según citó EFE.
La manifestación recibió un guiño por parte del presidente Joe Biden, quien afirmó que las ganancias récord de las automotrices deberían compartirse. Pero, aunque reconoció que las empresas han hecho algunas ofertas importantes, cree que “deberían ir más allá” para garantizar contratos a los sindicalistas.
La agencia señaló cinco claves de la huelga: negociación de un convenio colectivo, reivindicaciones salariales y mejores condiciones, la oferta de las empresas, mecanismos de una huelga sin precedentes y las consecuencias del parón.
Negociación de un convenio colectivo
El sindicato United Auto Workers y los Tres Grandes de Detroit —como se les conoce a las grandes compañías de automóviles— negocian cada cuatro años un convenio colectivo.
El acuerdo contempla los salarios, las prestaciones sociales y otras condiciones laborales que estarán vigentes durante 48 meses.
Esas negociaciones comenzaron en julio pasado, pero no se logró un acuerdo. Dos meses después, y con el convenio sin vigencia, el sindicato decidió convocar a una huelga. Así, esperan forzar a General Motors, Ford y Stellantis a establecer un pacto.
Reivindicaciones salariales y mejores condiciones
Los trabajadores de las tres compañías plantearon un aumento salarial de 36%, repartidos en los próximos cuatro años y justificaron que desde la grave crisis económica de 2008 y 2009, y el reciente impacto por la pandemia, han atravesado por muchos sacrificios.
Las compañías han multiplicado sus ganancias a miles de millones de dólares al año y la UAW considera que “es el momento” que las compañías distribuyan esa bonanza con sus empleados.
El grupo además quieren, entre otros puntos, que la jornada laboral se reduzca a 32 horas, se reinstauren las pensiones tradicionales y se sindicalicen los trabajadores de las nuevas fábricas de producción de baterías.
La oferta de las empresas
EFE explica que, aunque las negociaciones se realizan con elevado secretismo, General Motors y Ford declararon públicamente que ofrecieron aumentos salariales del 20%, distribuidos en el cuatrienio.
Jim Farley, consejero delegado de Ford, aseguró que esa oferta es la más generosa que su compañía ha hecho en los últimos 80 años.
En términos similares se expresó la consejera delegada de General Motors, Mary Barra, quien declaró que la propuesta de asumir un aumento salarial del 20% es muy competitiva e histórica.
Mecanismos de una huelga sin precedentes
El United Auto Workers tradicionalmente centra su esfuerzo negociador en uno de los tres grandes fabricantes de automóviles para arrancar el acuerdo más ventajoso para los trabajadores y utilizarlo como modelo con las otras dos empresas.
Durante las negociaciones de 2019, el sindicato declaró la huelga contra General Motors. Durante 40 días, 49,000 trabajadores del fabricante cesaron sus actividades, lo que le costó 3,800 millones de dólares.
Esta vez el nuevo presidente de UAW, Shawn Fein, ha cambiado las reglas del juego y ha convocado, por primera vez en la historia, huelgas selectivas al mismo tiempo en algunas de las plantas de producción de las tres empresas.
Fein declaró que la estrategia mantiene a las empresas en un estado permanente de duda sobre qué plantas podrían dejar de operar. Dijo que están preparados para extender los paros hasta que les den respuestas a sus exigencias.
Para ello, cuenta con un fondo de 825 millones de dólares que permitirá pagar 500 dólares a la semana a los trabajadores en huelga para que tengan ingresos durante todo el tiempo que dura la protesta.
Las consecuencias del parón
Siguiendo las instrucciones de UAW, los empleados de tres plantas de montaje se declararon en huelga a primera hora del viernes: Wentzville, en Misuri, de General Motors; Toledo, en Ohio, de Stellantis; y Míchigan, en Míchigan, de Ford.
Pero el parón de la producción en estas tres plantas afecta a otras instalaciones que fabrican componentes. Es decir, que las consecuencias van más allá de esas tres localidades.
La huelga, según un informe dado a conocer en agosto y mencionado por EFE, provocaría una pérdida de 5,000 millones de dólares.
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