Editorial: Las detenciones de indocumentados
La detención de un delincuente indocumentado se transforma en un show mediático
Las autoridades han estado capturando a cientos de migrantes que han realizado crímenes en las ciudades santuario en todo Estados Unidos. Crédito: DEA New York/@DEANEWYORKDiv | Cortesía
Los arrestos de inmigrantes supuestamente tienen el propósito de aterrorizar a los indocumentados y proteger la seguridad de los estadounidenses. La idea de que el énfasis está puesto en los delincuentes sin papeles se esfuma desde el momento en que la inmensa mayoría de los deportados no tienen antecedentes delictivos.
La Casa Blanca dice que todo el que entra al país sin autorización es un criminal. Esta equivocada. La entrada ilegal al país es una “violacion civil” muy distinta a la “violacion criminal”. La primera amerita una multa y llegado el caso hasta deportación, la segunda es una agresión a la seguridad pública que amerita detenciones y castigo.
Esta es una diferencia significativa que la administración Trump quiere ignorar. Si realmente hubiera habido un interés en corregir el estado judicial del indocumentado, el presidente pudo haber cambiado la ley con anterioridad cuando tuvo todo el Congreso a su favor durante su primer periodo. Es evidente que no hubo idea en reformar algo que no es un detalle menor.
La detención de un delincuente indocumentado se transforma en un show mediático. Desde la Casa Blanca aconsejaron a los agentes “vestirse” bien para las cámaras en los operativos para dar claridad a la redada. La presencia de una fuerza abrumadora con la asistencia de los medios y de la secretaria de de Seguridad Interna, Kristi Noem, para arrestar a un delincuente indocumentado acusado o convicto de crimenes. Un arresto de este tipo de individuo debería ser algo normal. Nadie, ni siquiera los indocumentados quieren criminales sueltos sin papeles. Ellos son tambien víctimas de esa violencia.
Cuando las cámaras se apagan, el arresto de una persona se transforma en una redada para pedir documentos exclusivamente a los que parecen inmigrantes según el estereotipo del agente de inmigración de turno. Estos últimos, son el grueso de los deportados.
La expulsión de gente honesta que cometió una infracción civil engrillada como si fueran sospechosos peligrosos es un circo macabro. Hay familias deportadas y separadas cuyos integrantes no caben en ninguna definición legal de criminales.
Los operativos de inmigración quieren principalmente crear confusión y con eso asustar a la comunidad inmigrante, que hoy más que nunca debe estar informada. Las acciones de Trump en el campo migratorio es parte de fomentar el caos y desorden con órdenes ejecutivas extraordinarias que al día siguiente son anuladas por exageradas e impracticables.
Lo único que hoy puede mostrar Trump es el espectáculo de la deportación de trabajadores basada en una mentira legal. Es asustar diciendo que ni escuelas ni iglesias están a salvo. Es montar el show del indocumentado peligroso para expulsar al hombre y mujer de familia trabajadores.
