Protesta contra proyecto Esencia en Cabo Rojo, Puerto Rico, llega hasta Mandarin Oriental Hotel en NYC
Ejecutivos de Mandarin están tras el desarrollo del megaproyecto turístico-residencial en el pueblo costero, pese a denuncias de grave impacto medioambiental

Activistas en contra del proyecto Esencia, en Cabo Rojo, Puerto Rico, llevaron una protesta hasta Mandarin Oriental Hotel en Manhattan. Crédito: Cortesía
Nueva York – Las protestas en contra del desarrollo del megaproyecto turístico-residencial en Cabo Rojo, Puerto Rico, Esencia, llegaron hasta Nueva York con una realizada el lunes en Mandarin Oriental Hotel en Manhattan en donde activistas se apoderaron del vestíbulo.
Para los, aproximadamente, 20 manifestantes que llegaron hasta la hospedería de lujo por la zona de Columbus Circle, Esencia es “un mega asentamiento destructivo, extractivo y no deseado de 2,000 acres planificado para una zona ambientalmente vulnerable”.

“No a Esencia” y “Mandarin Hotel fuera de Puerto Rico” fueron algunos de los mensajes que los presentes corearon.
Los denunciantes además desplegaron pancartas en el atrio del centro comercial adyacente contra la propuesta construcción.
Mandarin Oriental Hotel es la cadena de hoteles de lujos que busca desarrollar el complejo como parte de sus planes de expansión.

En la manifestación participaron miembros de los grupos Juventud Unida por la Independencia (JUPI), Diaspora Pa’lante Collective (DPC), Victory in Puerto Rico (VIPR), Adolfina, Friends of Puerto Rico Impact, entre otros.
“El proyecto Esencia tiene un objetivo claro: crear un “paraíso” en el Caribe para los extranjeros mientras continúa destruyendo la tierra y desplazando a la población nativa de Puerto Rico”, dijo un portavoz de DPC mediante un comunicado de prensa enviado a El Diario. “Debemos hacer todo lo posible para impedir que este proyecto se lleve a cabo. De lo contrario, seguramente veremos un Puerto Rico sin puertorriqueños”, emplazó.

Esencia sería construido en Punta Melones por las firmas Reuben Brothers y Three Rules Capital. Los opositores alegan que la zona en la que se propone levantar el complejo se encuentra entre la Bahía de Boquerón y Combate, y entre dos refugios de vida silvestre que abarcan humedales y lagunas. “Más allá de Cabo Rojo, las implicaciones de este asentamiento de ‘ciudad exclusiva’ comprometerían los recursos de toda la región suroeste de Puerto Rico”, señalaron.
Alertaron además que el diseño del proyecto haría casi imposible acceder a las playas del área, lo que implicaría una privatización de un bien público.
Gabriela Malespin, de la organización Adolfina Puerto Rico, recordó la lucha por la salida de la Marina de Vieques al hacer referencia al impacto ambiental que tendría el proyecto.
“La lucha por la liberación de la mujer y la justicia ambiental están históricamente entrelazadas. Durante décadas, las mujeres puertorriqueñas han estado en primera línea en la lucha por la tierra y los recursos naturales”, expuso.
“En la lucha por Vieques, organizaciones como La Alianza de Mujeres Viequenses fueron fundamentales para desafiar la expropiación de tierras por parte de la Marina de los Estados Unidos, y la lucha no habría tenido éxito sin su liderazgo. Merecemos cuidar y desarrollar nuestra tierra, nuestros recursos naturales y nuestras comunidades”, agregó.

Para Chris R, presidente de JUPI, USA, Esencia es otro proyecto “invasivo” destinado a desplazar a los puertorriqueños. “Al robar agua, tierra, energía, vivienda y otros recursos importantes, este asentamiento obligará a muchos de nuestros jóvenes a tomar la devastadora decisión de abandonar Puerto Rico por completo”, anticipó.
Los activistas argumentaron que el desarrollo y el progreso de la isla no puede ser a costa de la gentrificación de locales, en este caso, los caborrojeños.
“El desplazamiento de los caborrojeños no es desarrollo, es desarraigo. Transformar Cabo Rojo en un ‘destino exclusivo’ no solo diluye nuestra esencia, sino que ignora el verdadero valor de nuestras comunidades. Cabo Rojo merece un futuro donde el progreso sea inclusivo, sostenible y respetuoso con su gente y su medio ambiente”, puntualizó el grupo en el parte de prensa.
Esta no es la primera protesta del grupo en Nueva York. En enero pasado, unos 15 manifestantes protestaron frente al hotel.
En esa instancia, una de las portavoces, la actriz Jasmine Ruiz, planteó que Puerto Rico no necesita más complejos turísticos ni viviendas para los ricos.
Mandarin Oriental Hotel Group anunció, el 22 de enero pasado, el nuevo complejo turístico residencial en el pueblo de la coesta oeste de Puerto Rico. Según una entrada en su sitio web, buscan que la estructura, la tercera propiedad del grupo hotelero en el Caribe, sea inaugurada en el 2028. Esencia, que describen como una “nueva comunidad costera cosmopolita”, ofrecerá a los huéspedes y residentes una experiencia inmersiva de los famosos paisajes de Puerto Rico que incluyen “impresionantes playas, manglares protegidos y serenas lagunas”.
El plan es contar con 106 habitaciones y suites “magníficamente diseñadas con balcón, terraza o jardín privado”.
“Una exclusiva colección de 83 villas residenciales se distribuirá por la espectacular playa, ladera y acantilados de Esencia. Además, una serie de edificios boutique de seis plantas, enclavados en el paisaje natural, albergarán aproximadamente 200 residencias privadas, convenientemente ubicadas cerca del centro”, añade el anuncio.
Adicional, los huéspedes y residentes también se beneficiarán de diversas actividades recreativas como campo de golf de 18 hoyos diseñado por Rees Jones, un club infantil y un centro de aventuras al aire libre que celebra la belleza natural de la Bahía de Boquerón.
Las autoridades evalúan impacto ambiental de Esencia
Por las pasadas semanas, las autoridades en Puerto Rico han estado evaluando la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del megaproyecto. El Departamento de Recursos Naturales y la Oficina de Gerencia de Permisos lideran las indagaciones.
Algunas de las preocupaciones que surgieron en las vistas públicas en la alcaldía de Cabo Rojo para examinar el propuesto proyecto son la limitación de acceso público a la costa, los efectos en zonas de alto valor ecológico, problemas para suplir la demanda de agua e incompatibilidad con el Plan de Uso de Terrenos (PUT) vigente.
La Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) ha alertado, por su parte, que no tendría la capacidad para suplir la demanda de agua para el proyecto, reseñó El Nuevo Día.
En esa misma dirección se expresó el exdirector de la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA), Carl Soderberg, al señalar en una entrevista por NotiUno que el proyecto no es viable, ya que la construcción de un acueducto privado por parte de Esencia que se conectaría con el sistema de la AAA sería insuficiente.
“En Cabo Rojo, no hay agua, y eso lo vemos todos los años…”, afirmó.
“Con todos los esfuerzos que hace la AAA de traer agua de otros sitios, se va el agua, porque no hay de dónde (sacarla)”, continuó.
Sobre la construcción de un tubo privado que conecte con la infraestructura de la Autoridad, dijo: “¿De dónde Acueductos va a sacar el agua? O sea, no es cuestión de poner un tubo…El agua subterránea debajo del Valle de Lajas, que es el valle más fértil para agricultura en Puerto Rico, ya está salado”.
El alcalde de Cabo Rojo, Jorge Morales Wiscovitch, ha otorgado su apoyo “condicionado” al proyecto.
Para el ejecutivo municipal, el impacto económico es lo que más pesa en su evaluación. El funcionario ha destacado, por ejemplo, que el municipio cobraría $20 millones por concepto de arbitrios de construcción en un periodo de 10 años.
“La polarización en este tema ha provocado división en nuestra sociedad. Debido a la complejidad en temas ambientales y arqueológicos de Esencia, es el gobierno estatal y federal quienes deben evaluar y determinar la viabilidad del mismo. En el factor económico, no hay duda que Cabo Rojo se verá beneficiado con este proyecto. Con la creación de empleos, nuestro municipio ya está ganando. Estoy seguro de que, desde su fase inicial de construcción, veremos un movimiento económico sin precedentes”, indicó Morales Wiscovitch a través de una ponencia.
Los ejecutivos de Mandarin Oriental estimaron en 17,000 los empleos temporeros que se crearían en la fase de construcción, y 3,000 para operar el espacio.