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Lamento en NYC: ‘El pavo está más caro’

40% de las familias no pueden enfrentar alza en precios de los alimentos en la ciudad

33% ha aumentado el precio de los alimentos en Nueva York en los últimos 10 años.

33% ha aumentado el precio de los alimentos en Nueva York en los últimos 10 años. Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

Un demoledor informe de la organización Robin Hood y la Universidad de Columbia concluye que más del 40% de las familias de la ciudad de Nueva York, no pueden afrontar los gastos semanales de alimentación. Y uno de cada tres adultos en la ciudad no tiene suficiente dinero para comprar comida.

Este Informe del Seguimiento de la Pobreza 2025 es producto de una encuesta de 3,000 hogares de diferentes grupos demográficos e ingresos.

“Este no es solo un caso de privación económica extrema, sino que se trata de personas trabajadoras con empleos remunerados que descubren que sus salarios no alcanzan para cubrir el aumento de los precios de los alimentos”, declaró a medios locales Ryan Vinh, analista de investigación de la Universidad de Columbia.

Los analistas señalan que los precios de los alimentos en el área tri estatal ha aumentado en un 33% en la última década.

“Antes la gente que tenía que ir a los bancos de alimentos era porque no tenían trabajo. Ahora lo más terrible es que la gente, aun teniendo un empleo no puede comer bien. A menos que complete con otras ayudas, como hacer una fila por unas latas o un pollo”, comentó la dominicana Raquel Lares quien asegura que “técnicamente” no está bajo la línea de pobreza por sus ingresos, pero en los hechos se siente cada vez más “arruinada”.

En efecto, el análisis precisa que la gran mayoría (casi el 90%) de las familias con niños que reportan un déficit en su presupuesto alimentario, tienen al menos un adulto en edad laboral que trabajó el año pasado, aun así sus ingresos no alcanzan para cubrir los costos de los alimentos.

Las comunidades de color, inmigrantes y mujeres neoyorquinas enfrentan tasas más altas de déficit en su presupuesto alimentario, en comparación con sus contrapartes. 

Más del 40% de los neoyorquinos negros, latinos y nacidos en el extranjero, así como los beneficiarios de asistencia alimentaria, experimentaron déficit para atender su nutrición en los últimos años.

Pavos más caros

Hay un consenso cuando se habla con cualquier comprador en supermercados de la Gran Manzana y se cruzan con investigaciones académicas sobre la inseguridad alimentaria: ¡Todos los productos de la cesta básica han aumentado! Muchas menos personas pueden garantizar un “buen mercado de alimentos al mes” y cada vez más familias hispanas dependen de las despensas de alimentos para poder llevar comida a la mesa.

En tiempos de Fiestas de Acción de Gracias, vísperas de Navidad y Año Nuevo en donde la mesa suele ser lo más importante para las familias hispanas, estos tiempos son de “sacrificar” algunos productos, cambiar marcas de preferencia y de caminar un poco más buscando ofertas.

“En mi caso estoy comprando los ingredientes porque estoy anotada en una lista de una iglesia que me va a regalar el pavo. Si no fuese por eso, estaría cañón (complicado) poder comprar un pavo no tan grande que casi cuesta aquí $80”, cuenta la puertorriqueña Miguelina Ceballos en un supermercado en el Alto Manhattan.

Lo cierto es que más allá de las impresiones de consumidores consultados, la Oficina de Estadísticas Laborales reporta que las carnes, las aves, el pescado y los huevos experimentaron un aumento de precio del 5,2% desde septiembre de 2024 hasta este septiembre en Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut.

En el caso específico de los productos para una cena de ‘Thankgiving’ se proyecta que el caso del pavo la libra esté un 25% más alto del año anterior. Algunas fuentes estiman que el precio minorista promedio de la libra de un pavo entero sea de alrededor de $2,05.

Hay otras perspectivas del Departamento de Agricultura de EE. UU. que estima que los precios al por mayor del pavo congelado serán de $1,32 por libra este año, un aumento del 40% con respecto al precio promedio de 2024 de 94 centavos por libra. Estas ponderaciones son válidas en todo el país, pues existe la certeza que en el área triestatal siempre se exhiben precios más elevados.

Cada vez más personas son trabajos estables debe acudir a programas de ayuda alimentaria para poder “redondear” sus necesidades nutricionales. (Foto: Fernando Martínez- Impremedia)

“Hay mucho más pobres”

“Hace un par de años yo compraba un paquete de arroz de 10 libras en $7. Ahora cuesta $15. Vas con $100 al supermercado y te llevas cuatro cosas en las manos. Cuando yo llegué a este país hace 20 años llenabas un carrito. Eso te da una idea de cómo se ha complicado para la clase trabajadora alimentarse, porque los salarios no han aumentado al mismo ritmo. Hay muchos más pobres que antes”, comentó el dominicano Bárbaro Villalba.

En efecto, el reporte de Robin Hood – Columbia remarca que el 14% de los neoyorquinos reconocieron haber acudido a una despensa de alimentos en 2024, esto se traduce en casi 1,2 millones de neoyorquinos que utilizaron estos programas el año pasado. Hay razones para pensar que en 2025 con una tendencia inflacionaria mayor y recortes federales en programas esenciales esta cifra se disparó.

Antes de la pandemia, 1 de cada 4 neoyorquinos adultos informaron necesitar más dinero para satisfacer sus necesidades alimentarias. Esta proporción ha aumentado desde entonces a más de 1 de cada 3 (29% a 36%), expone el reporte académico.

Lo anterior se traduce en que casi 440,000 neoyorquinos adultos adicionales experimentan déficits de presupuesto para alimentos en los últimos años.

Entre los neoyorquinos con ingresos superiores al 200% de la línea de pobreza, la proporción que experimentó un déficit del presupuesto alimentario aumentó del 31% al 40% para aquellos entre el 200% y el 300%, y del 13% al 20% para aquellos por encima del 300%.

“El marcado aumento en los déficits del presupuesto alimentario, entre los neoyorquinos por encima del 200% de la línea de pobreza, apunta al impacto generalizado de los costos de los alimentos, independientemente del ingreso”, concluye el análisis.

Recortes, aranceles y cupones

En el centro de una dinámica inflacionaria que dispara la pobreza, la senadora de Nueva York Kirsten Gillibrand critica duramente a la administración Trump por el aumento en los precios de los alimentos, que está afectando a las familias y obligando a los neoyorquinos a pagar más en el supermercado esta temporada navideña.

“Mientras las familias estadounidenses luchan por llevar comida a la mesa este Día de Acción de Gracias, la administración Trump gasta miles de millones en salones de baile, jets privados y rescates financieros internacionales”, declaró la senadora.

Gillibrand describe como “alarmante” que la Casa Blanca siga recortado drásticamente el apoyo a las familias trabajadoras e impuesto “aranceles imprudentes”, que están aumentando el costo de todo, desde los comestibles hasta los artículos esenciales para el hogar.

Durante el cierre del gobierno, la legisladora neoyorquina exigió que la administración Trump dejara de retener peligrosamente los beneficios del SNAP a personas de todo el país, incluyendo a casi 3 millones de neoyorquinos.

Tras la reapertura del gobierno federal los beneficios de los cupones de alimentos se reactivaron, pero los beneficiarios de este programa deben realizar nuevos procedimientos. Y hay temores que con los nuevos estándares federales, menos personas reciban esta ayuda alimentaria.

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) confirmó a El Diario que utilizará herramientas como la recertificación estándar para asegurar la elegibilidad de los beneficiarios del programa SNAP.

La agencia justificó los cambios como un intento de “poner fin al fraude, el despilfarro y el abuso constante del programa SNAP“, acción que el presidente Trump impulsa para abordar las tasas de fraude “anteriormente supuestas”.

Además de la recertificación, el USDA analizará datos estatales, desarrollará nuevas regulaciones y aumentará la colaboración con los estados.

El dato:

  • 45% de los neoyorquinos nacidos en el extranjero enfrentan tasas mucho mayores de déficit presupuestario para alimentos que los neoyorquinos nacidos en Estados Unidos (28%), lo que podría reflejar las reglas de elegibilidad basadas en la ciudadanía para programas de asistencia como los cupones SNAP, destaca el reporte Robin Hood- Columbia.

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