‘Nos roban el trabajo’: taxistas
Acusan a servicios vinculados con redes sociales de operar sin licencia
La tecnología ha comenzado a golpear duro el negocio de miles de taxistas de Los Ángeles. Por lo que ayer, unos 300 taxistas se manifestaron, circularando por más de una hora alrededor del ayuntamiento de la ciudad.
Taxis amarillos y verdes, sonaron alto sus bocinas, con el afán de llamar la atención de las autoridades para que estas tomen acción en contra de compañías de viaje compartido en las redes sociales como Lyft, Uber y Sidecar, que según ellos, les están “robando” su fuente de trabajo.
“Cada vez que vemos uno de estos autos con un bigote rosa en la defensa por las calles, es un pasajero menos, y un peligro para los usuarios”, dijo William Rouse, gerente general de Los Ángeles Yellow Cab.
Se refiere a Lyft, cuyos autos llevan un bigote rosa en la defensa, y junto con ella a otras dos compañías que ofrecen un servicio similar al de un taxi, operando a través de aplicaciones por teléfono o internet, en las redes sociales como Facebook o Twitter.
Recientemente, este servicio ha proliferado en Los Ángeles a tal grado que los taxistas están comenzando a temer por sus ingresos.
“Cada vez me es más difícil llevar un sueldo a casa. Este mes por ejemplo, ya me atrasé con los pagos. Estoy perdiendo pasajeros , estoy perdiendo ingreso y no es justo”, expresó Alex Khorrami, quien ha sido taxista por décadas.
Marco Soto, vocero de las compañías de taxis en Los Ángeles y Long Beach, señaló que hay 2,350 taxis en la ciudad y que la mayoría de los conductores son primera generación de inmigrantes, principalmente armenios, africanos y latinos, que están siendo golpeados por estas compañías.
“Ellos tienen que pasar por un chequeo riguroso de sus antecedentes, prueba de drogas, tener un registro de huellas y todo lo que asegure que ese conductor cumple con la ley”, explicó.
Ayer mismo, el departamento de transporte de Los Ángeles (LADOT) envió una notificación a Lyft, Uber y Sidecar, pidiéndoles que cesen sus operaciones en Los Ángeles en los 30 próximos días. De lo contrario, los conductores podrían ser arrestados y los autos incautados.
Lyft, por su parte sostuvo que sí seguirá operando en Los Angeles ya que opera en cumplimiento con la California Public Utilities Commission (CPUC).
“Nuestro acuerdo aclara que no somos un servicio de taxi, y que podemos operar legalmente en todo California”, declaró John Zimmer, fundador y director de Lyft, cuya compañía ofrece el servicio, no por tarifa, sino por donaciones que van de 8 o 12 dólares por viaje.
“Nosotros no podemos operar bajo donaciones como ellos, porque la ciudad impone una tarifa oficial que tenemos que cobrar”, indicó Rouse. La tarifa base de un taxi es de 2.85 dólares, más 2.70 por milla.
Lyft, que opera también en San Francisco, asegura que provee a sus usuarios cobertura de seguro hasta de 1 millón por incidente y que sus conductores cuentan con chequeo de antecedentes.
Noemi Armendariz, una residente de Los Ángeles, dice que confía más en un servicio de taxi regular. “Si ocurre un accidente sé que el taxi cuenta con protección para mi”, opinó. “Esas compañías cobran más barato ahora, pero cuando les toque cumplir con los mismos reglamentos, de seguro van a a subir sus precios”.
Hoy el comité de transporte del Concejo municipal discutirá sobre cómo comenzar a regular a este tipo compañías en Los Ángeles.