¿Desmemoriada, yo?
Cómo estimular y conservar la memoria
Tengo que hacer un llamado, pero no recuerdo dónde anoté el número de teléfono. ¿Lo tendré en mi celular? Si sólo pudiese recordar dónde lo dejé… “Mejor busco primero mis lentes, ¿Estarán en la cocina? ¿Para qué vine a la cocina? Ya no me acuerdo, pero al menos encuentré mi teléfono. ¿A quién era que tenía que llamar?
Todas tenemos lapsos en la memoria, quizás por cansancio, estrés o por tratar de hacer mil cosas a la vez. Cuando falla la memoria, no es porque olvidamos como recordar, sino porque nuestro cerebro no está procesando la información claramente.
En las personas mayores , los olvidos casuales son más comunes, pero es importante diferenciar entre dichos olvidos momentáneos y típicos de la edad, y los síntomas de un problema mayor como el Alzheimer y otros tipos de demencia, que requieren un tratamiento específico.
Neuroplasticidad es la habilidad que tiene el cerebro para crear nuevas conexiones alternativas que le permiten adaptarse a cambios y necesidades.
Podemos aumentar esta capacidad del cerebro con ejercicios mentales y hábitos saludables.
Al igual que los músculos, el cerebro necesita ejercitar. Actividades como aprender a tocar un instrumento musical, un nuevo idioma, o trabajar con cerámica, por ejemplo , estimulan y crean nuevas conexiones cerebrales. No importa cuán fácil o difícil sea la tarea, lo importante es que se trate de algo nuevo, que nunca hayas hecho antes.
Los juegos que requieren pensar estratégicamente como el ajedrez, el bridge o el Scrabble,las palabras cruzadas, el Sudoku y la lectura son algunos de los ejercicios más efectivos para estimular y mantener la memoria.
Dormir lo suficiente y seguir una dieta saludable contribuyen a un cerebro saludable. El ejercicio físico también ayuda porque aumenta el oxígeno que llega al cerebro y reduce los riesgos de enfermedades cardiovasculares y diabetes que influyen en la pérdida de la memoria.
Las relaciones interpersonales, las charlas con amigos y las actividades divertidas también estimulan la actividad cerebral. El estrés crónico, en cambio, destruye neuronas y daña al hipocampo, la región del cerebro en la que se acceden y crean nuevas memorias.
Antes de irte a dormir, repasa mentalmente todo lo que hiciste ese día, desde el momento en que te levantaste de la cama. Trata de recordar y visualizar cada detalle. A medida que pasan los días, podrás recordar más detalles y notarás cómo mejora tu memoria.