Mujer de 36 años dirigirá a un equipo francés

La portuguesa Helena Costa se hará cargo del Clermont Foot 63de la segunda división y despertó la polémica

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Crédito: Copyright 2012 SA LA NACION | Todos los derechos reservados

PARIS.- La portuguesa Helena Costa entrenará la próxima temporada al club de la segunda división gala Clermont Foot 63, con lo que se convertirá en la primera mujer en dirigir a un club de fútbol profesional de Francia.

Costa, de 36 años, reemplazará a Régis Brouard en el banquillo, según anunció hoy en un comunicado el Clermont.

Tras haber pasado por las divisiones inferiores de Benfica, haber dirigido a los equipos femeninos de Odivelas, y a las selecciones de mujeres de Qatar e Irán, y después de haber trabajado como ojeadora del Celtic, Costa recala en la segunda división francesa.

“Esta nominación debe permitir al Clermont Foot 63 entrar en una nueva era, apoyándose en un grupo de 17 jugadores con contrato actualmente, a los que se unirán jóvenes jugadores del club”, indicó el Clermont en un comunicado.

A falta de dos jornadas para que finalice la presente temporada, el club ocupa la decimocuarta posición de la tabla de segunda división, sin posibilidades matemáticas ni de ascenso ni de descenso.

“Bravo al Clermont Foot por comprender que hacer sitio a las mujeres es el futuro del fútbol profesional”, declaró.

“Que yo sepa, es una primicia en Europa. El único caso comparable es el de Carolina Morace, que se hizo cargo de un club de tercera división en Italia” en 1999, agregó.

Sin embargo, Morace solo duró dos encuentros como entrenadora del Viterbese y fue destituida por pérdida de confianza.

También hay presidentas de equipos profesionales, como la exnadadora Patricia Amorim en el Flamengo brasileño, la italiana Rosella Sensi en el Roma o la española María Teresa Rivero, que presidió el Rayo Vallecano entre 1995 y 2011.

Y aunque el caso de Costa es pionero en el fútbol galo, sí se han dado casos en otros deportes en Francia, como el de la rumana Elena Groposila, que hace tres meses se convirtió en entrenadora del Dijon de balonmano masculino, tras haber pasado por el banquillo femenino.

“Incluso para una mujer, prefiero que utilicen ustedes la palabra ‘entrenador’ porque la palabra ‘entrenadora’ tiene a veces un sentido muy particular que no tiene nada que ver con el deporte”, le dijo a sus jugadores Zitter.

La dueña del banco de suplentes del Montpellier, embarazada entonces de dos meses y medio, quería evitar bromas sobre ese vocablo francés en femenino, que se utiliza para designar a las mujeres que trabajan como gancho en los clubes nocturnos.

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