Dan el último adios a Akai Gurley
Fue la víctima más reciente de una balacera mortal protagonizada por un oficial de Policía.
Nueva York- Akai Gurley, el hombre baleado mortalmente por un oficial de policía descrito como un accidente, fue recordado durante su funeral realizado el sábado como un padre y un bailarín en un grupo de la iglesia, y como el caso más reciente de un afroamericano asesinado por un uniformado.
Frente a un centenar de personas que asistieron a la ceremonia realizada en Brown Memorial Baptista Church de Brooklyn, Kevin Powell, presidente de BK Nation dijo que aunque las autoridades digan que se trató de un accidente, el hecho es que “Akai fue asesinado”.
“Como Eric Garner, como Michael Brown, la vida de otro hombre negro se fue”, dijo refiriéndose a los últimos casos de muertes por policías. “Queremos una investigación completa. Creemos que debe haber cargos de homicidio…este fue un descuido fatal hacía la vida de la gente de color en este país a pesar de que el presidente en la Casa Blanca es negro…esta es la forma actual de linchamiento que ocurre una y otra vez. Akai Gurley fue simplemente la víctima más reciente”.
El Fiscal Distrital de Brooklyn Kenneth Thompson anunció que un gran jurado investigará el caso. Gurley (28), padre de una niña de 2 años, fue baleado el pasado 20 de noviembre en una escalera oscura en el proyecto “Pink Houses” en East New York, Brooklyn.
Los investigadores dijeron que el oficial novato Peter Liang estaba patrullando mientras sostenía su arma en su mano izquierda mientras empujaba la puerta de la escalera, de repente el arma se disparó y la bala que rebotó en la pared alcanzó a Gurley. Liang fue puesto en labores de escritorio despojado de su arma y su placa.
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El servicio para Gurley comenzó a las 11 a.m. con familiares y amigos pasando frente al ataúd abierto que estaba adornado con flores blancas y rojas. El obituario distribuido en la iglesia decía que Gurley trabajó en jardinería desde que era adolescente, tuvo experiencia como plomero y pertenecía al grupo de baile de la iglesia.
La madre de Gurely, Sylvia Palmer, y su compañera doméstica, Kimberly Ballinger, besaron su cara antes de que se cerrara el ataúd. El reverendo Clinton Miller dijo que la muerte de Gurley había impactado a su familia y a toda la nación causando “dolor para muchos de nosotros”.
Un representante de la Red de Acción Nacional asistió a un funeral, pero no fue el Reverendo Al Sharpton. Al parecer Sylvia Palmer no quería a Sharpton en el funeral. Powell dijo que, “la familia sólo quería un funeral simple y digno”.
Powell y otros participantes agradecieron a Sharpton durante el servicio. Powell dijo que estaba dispuesto a trabajar para hacer justicia para la familia de Gurley.