Los Ángeles 1984: el legado incluye el optimismo de los angelinos

Jarrín y DeFrantz hablan del impacto que dejaron los Olímpicos hace 30 años

Los Olímpicos de 1984 fueron gestionados sin ayuda pública.

Los Olímpicos de 1984 fueron gestionados sin ayuda pública. Crédito: Wikimedia Commons

Los Juegos Olímpicos dejaron un gran legado en la ciudad de Los Ángeles y alrededores. La de 1984 fue una herencia que ha cruzado ya varias generaciones, de forma tangible e intangible. La cita olímpica supuso un impacto y unas consecuencias para la ciudad que aún se perciben, 30 años después.

A diferencia de todas las ediciones previas de Juegos Olímpicos, los de 1984 tuvieron un buen saldo económico. Fueron gestionados de forma privada, sin ayuda pública, y generaron ganancias de más de 220 millones de dólares. Una cifra récord que contrasta con las pérdidas cuantiosas que han registrado algunas otras citas olímpicas.

Una de las claves de dicho éxito en lo económico fue el poco desembolso respecto a la construcción de infraestructuras, pues se aprovecharon recintos que ya existían.

Jaime Jarrín, el legendario cronista en español de los Dodgers de Los Ángeles, ocupó el puesto de jefe de prensa durante el evento. Fue el encargado de las retransmisiones en español y piensa que a nivel general hubo un éxito “redondo” en la organización de los Juegos.

El periodista recuerda cómo reaccionaron los ciudadanos del sur de California ante deportes con poco protagonismo en ese entonces.

“El fútbol, por ejemplo, llamó mucho la atención y fue lo que más sorprendió. Era un deporte que los americanos no conocían tanto, y hubo llenos en los partidos del Rose Bowl, en Pasadena”, dice Jarrín, quien se encuentra en su temporada 56 con los Dodgers.

Desde el punto de vista humano, Jarrín asegura que los Juegos del ’84 calaron hondo en la memoria de la gente.

“Los Juegos Olímpicos le dieron una inyección de optimismo a los ciudadanos, y dieron una lección de hermandad entre de los pueblos”, señala Jarrín, quien agrega que la cita fue un acontecimiento extraordinario que convulsionó la ciudad, y donde la gente se vio muy implicada. La Universidad del Sur de California y UCLA mostraron su apoyo total al evento y cedieron sus instalaciones”.

Además, en palabras del locutor, “los Olímpicos dieron un empuje tremendo a la ciudad y los negocios crecieron mucho”.

Y añade que el éxito, no sólo social, sino también económico “sentó precedentes de cómo hacer las cosas, no sólo para los Juegos, también para otros eventos, como la Copa del Mundo de fútbol”.

Una gran parte de las ganancias logradas con los Juegos Olímpicos fue destinada a la creación y sustento de organizaciones de desarrollo y promoción del deporte.

La más importante de ellas fue LA84, una fundación sin ánimo de lucro que fue creada en 1985 y que preside Anita DeFrantz, ganadora de una medalla de bronce en las pruebas de remo de Montreal 1976 y miembro del Comité Olímpico Internacional.

Para DeFrantz, los Juegos Olímpicos “abrieron el corazón de la gente a los atletas de todo el mundo”. Ella afirma que la ceremonia de apertura le dejó realmente impresionada, y que el impacto fue lo mismo para Los Ángeles que para todos los lugares de Estados Unidos.

Según la presidente de LA84, aquellos Juegos “cambiaron la vida de muchas personas”, que heredaron ese espíritu olímpico para crear organizaciones como la que ella preside.

La Fundación LA84 se encarga de apoyar y preservar el deporte mediante becas y otros tipos de apoyo. Financia a jóvenes atletas y también ayuda en la preparación de entrenadores. Opera en Los Ángeles y otras partes de California. Además, LA84 administra la biblioteca de investigación deportiva más grande del país, el Paul Ziffren Sports Resource Center (2141 W Adams Blvd, Los Ángeles).

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