6 lecciones para las mujeres jubiladas

Lo que hay que saber, especialmente cuando no hay un esposo a la vista



Tanto Kathryn Larson como Elizabeth Marner-Brooks son mujeres en edad de jubilación. Aunque las decisiones que tomaron en su vida son diferentes, ambas ofrecen lecciones para las mujeres que están preparándose para jubilarse o que ya lo hicieron.

Larson, de 73 años de The Villages, Florida, cuenta que vivió por debajo de sus posibilidades económicas durante muchos de sus años de vida laboral. A sus 40 y tantos años, la enfermera de quirófano divorciada aprendió por sí misma cómo invertir. Ella no tenía ninguna pensión, así que en la última década en que estuvo empleada, sobrepasó sus contribuciones a su fondo de retiro 401(k) y contrató a un asesor financiero.

En 2003, se retiró a medias con ahorros de menos de $250,000 pero continuó trabajando periódicamente por una década más. En 2011 se mudó a The Villages, una comunidad de personas mayores de 55 años que ella considera segura, divertida y a un precio razonable. “Estoy muy feliz”, señala.

Marner-Brooks, que dice que es mayor de 65 años, se divorció primero de un hombre que ganaba bastante dinero,  y luego de otro que pedía prestado demasiado. Su segundo divorcio dejó a Marner-Brooks, que es profesora de comunicación oral en una universidad pequeña en New York City, en bancarrota. Durante 4 años sobrevivió con cupones de comida y vivió en alojamiento temporal.

En 2010, el año siguiente al que se declaró en bancarrota, Marner-Brooks consiguió un trabajo con el Censo y poco a poco le dio un giro a su vida. Recientemente, alquiló un departamento en El Bronx, gracias a que su hijo firmó como fiador. Ya no tiene ninguna deuda y ha comenzado a ahorrar. Su vida todavía no es tan sencilla, pero defiende su decisión de vivir en la costosa Gran Manzana con su cultura y transporte público. “New York es un lugar amistoso con la tercera edad”, dice.

La experiencia es el mejor maestro

¿Qué enseñanzas tienen estas historias para otras mujeres? Esta es mi opinión:

Infórmate sobre las finanzas personales. Larson lo aprendió relativamente temprano, Marner-Brooks mucho después. Lo elemental que hay que saber sobre las inversiones incluye ahorrar con regularidad, diversificarse entre fondos de índice de bajo costo y fondos negociables en el mercado (ETF, por sus siglas en inglés), reajustando periódicamente y no vendiendo durante las fases de recesión.

Savvy Ladies que es una organización sin fines de lucro con sede en New York City, ayudó a Marner-Brooks a tomar el control de sus deudas. Es un buen recurso educativo que puedes tratar. Entre otros programas, ofrece a las mujeres asesorías financieras personales gratuitas de asesores financieros certificados. Para mayor información visita savvyladies.org y haz clic en Savvy Programs.

Infórmate sobre las opciones que tienes para solicitar el Seguro Social. Como divorciadas, ambas mujeres tuvieron que encontrar su propia manera para sobrevivir económicamente. Habiendo dicho esto, las mujeres divorciadas deben entender que pueden exigir beneficios conyugales de Seguro Social del historial laboral de un ex esposo. Si estuviste casada por 10 años o más, tienes derecho, desde los 62 años, a recibir beneficios con base en el historial laboral de tu ex esposo, incluso si él no los ha exigido aún.

Marner-Brooks descubrió que 2 años después de su segundo divorcio, ella podía reclamar las ganancias de su primer esposo, aumentando su cheque mensual por alrededor de $200. Ponte en contacto con tu oficina de Seguridad Social local o visita socialsecuritychoices.com para artículos sobre los diversos métodos de reclamo.

Sé ingeniosa. Larson se benefició de una carrera que tiene mucha demanda, así que ella podía trabajar si fuera necesario después de su jubilación “oficial”. Marner-Brooks, al no contar con la misma posibilidad, tuvo que buscar la manera de encontrar otro trabajo más adecuado. Las segundas carreras o trabajos de medio tiempo mantienen a muchas mujeres a flote; para más ideas, visita encore.org y lifereimagined.aarp.org.

Sé flexible y realista. Larson intentó diferentes estilos de vida antes de optar por una cómoda casa para personas  mayores en The Villages. Marner-Brooks es leal a New York, pero encontró un lugar donde vivir a un menor costo en un área segura en las afueras de Manhattan.

Cuenta con otras mujeres. Larson dice que sus amigas son muy importantes para su felicidad en la jubilación. Marner-Brooks recibió consejos financieros y la ayuda de Savvy Ladies, que es dirigido por mujeres. La capacidad de relacionarse y cooperar puede ser en realidad la habilidad más valiosa de una mujer jubilada, señala Eleanor Blayney, defensora de los consumidores para el Consejo de Normalización de los Planificadores Financieros Certificados en Washington, DC. Por ejemplo, señala que cada vez más mujeres jubiladas están organizando alojamientos compartidos. “Cuando no tenemos mucho dinero, tenemos que recurrir al capital social”, dice.

No seas una facilitadora
Nada puede echar a perder tanto los planes de jubilación como perder una gran parte de los ahorros; sin embargo, un número sorprendente de personas permite que las necesidades de otros consuman sus recursos. Entre los jubilados que respondieron a una encuesta de Consumer Reports de 2013, el 14% informó que prestaba un significativo apoyo financiero a uno o más hijos mayores de edad. “Somos el género que cuida a los demás”, dice Blayney. “Pero cuando nos ocupamos de nosotras mismas primero, estamos en una mejor posición para cuidar los demás”.

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