Juicio a presidente de Guatemala, ejemplo para México
Analistas coinciden en que el proceso por corrupción debe verse como una coyuntura para la autocrítica y los cambios contra la impunidad.
MÉXICO.- Guatemala, una de las naciones latinoamericanas más pobres, dio una lección sobre lucha contra la corrupción a su vecino del norte. El juicio al ex presidente Otto Pérez por cohecho, asociación delictuosa y fraude dista mucho de los múltiples intentos que México ha tenido en contra de políticos y funcionarios envueltos en escándalos por delitos similares.
“Rompimos con el sistema de impunidad”, explica Santino Asturias, analista del Centro de Estudios sobre Guatemala, que siguió al pie del banquillo vía televisión el juicio que, en unos días, llevó al mandatario de la gloria del Palacio Nacional al infierno de una prisión como cualquier delincuente.
Asturias repasa, en entrevista con este diario, las circunstancias que permitieron poner contra la pared al hombre más poderoso del país.
Empieza con el hecho de que en el país centroamericano se puede ver un juicio de manera pública y por televisión porque los juicios orales son una realidad en el país centroamericano desde hace 20 años, mientras en México se prevén hasta 2018.
“Esto ayudó a que los guatemaltecos se lanzaran a las calles porque no había posibilidad de esconder nada: todo estaba ahí a la vista de todos”, detalla.
Sin estos dos ingredientes –juicios públicos y una ciudadanía indignada- “hubiera sido imposible” de ver ahora comparecer a Pérez desaforado por el congreso, acorralado por la fiscalía y procesado por un juez.
Del otro lado del Río Suchiate, en suelo mexicano, las listas de políticos de alto nivel involucrados en escándalos, por el contrario, se topan diariamente con un sistema político diseñado para que los tres niveles de gobierno se protejan entre sí cuando de corrupción se trata.
En uno de los casos más recientes, por la compra de una casa para la Primera Dama a través de una empresa contratista del presidente Enrique Peña, éste puso a investigar el escándalo a un funcionario bajo su jerarquía quien después de varios meses determinó que “no hubo conflicto de intereses”.
El analista de la Universidad Iberoamericana Pablo Monsalvo considera que la coyuntura y ejemplo que da Guatemala debe aprovecharse en México para empujar los cambios institucionales que hacen falta.
Además de la corrupción –dice- hay un asunto de orden técnico en las instituciones de justicia que debe cambiarse: la Secretaría que investiga a los funcionarios públicos, así como las fiscalías, siguen en manos del presidente y los gobernadores, porque son ellos los que nombran a los procuradores de justicia.
“Se ha intentado cambiar y hacer ajustes a estas normas, el problema es que los encargados de hacer los cambios, los legisladores, son los que no quieren modificar el sistema tan conveniente”.
Violencia preelectoral
Un muerto y tres heridos de bala, así como 25 detenidos, fue el resultado de un enfrentamiento armado protagonizado por simpatizantes de dos partidos políticos que hoy participan en las elecciones generales en Guatemala, informó ayer una fuente oficial.
La Policía Nacional Civil (PNC) explicó que el incidente se registró en la entrada al municipio de Santa Bárbara (Suchitepéquez), 118 kilómetros al sur de la capital, entre grupos que pretendían obstaculizar el paso de personas de sus partidos rivales a los centros de votación.
Un portavoz de la institución, Donald González, dijo que el escándalo en vía pública comenzó entre la medianoche y la madrugada de este sábado entre simpatizantes de los partidos Libertad Democrática Renovada (Lider) y de la Unidad Nacional de la Esperanza (Une), ambos opositores.