Desafíos de las madres dominicanas en NY
Diversos factores han hecho crecer a la población dominicana en la ciudad de Nueva York, entre ellos la alta tasa de natalidad. Mantener un trabajo estable y lograr el equilibrio respecto a la crianza de los hijos y las tareas del hogar son algunos desafíos que enfrentan las madres de origen dominicano
Un trabajo estable y bien remunerado, tiempo disponible para los quehaceres y diversión. El famoso equilibrio al que aspiramos no es fácil y plantea muchos retos económicos y culturales para las familias inmigrantes en Nueva York.
«El principal desafío para mí, como madre, es el trabajo. Por lo regular uno trabaja muchas horas, a veces si le sumamos el commute, son de 10 a 11 horas diarias que estoy fuera de la casa; eso ha sido lo más difícil porque fui madre soltera por mucho tiempo”, relata Raquel García, quien vive en El Bronx.
García nació en República Dominicana y su familia se mudó a principios de los años 90; ella vino a estudiar último año de bachillerato y el college. Tiene dos hijos -un adolescente y una niña de 7 años-, trabaja a tiempo completo como camarera de un hotel en Manhattan y en su poco tiempo libre le ayuda a su pareja quien hace menos de un año abrió un family daycare.
Con la necesidad imperiosa de salir a ganar el sustento, García optó por contratar a una niñera a tiempo completo; así, aunque pagara mucho más que por una guardería para su hija y atención para su hijo, tenía la tranquilidad de que ambos estarían en casa, con privacidad, sin exponerse demasiado a las inclemencias del tiempo y con una persona que velara por ellos.
Ella pertenece a la creciente comunidad dominicana en la ciudad de Nueva York que, de acuerdo con estudios recientes, es la población latina más numerosa, superando incluso a los puertorriqueños.
Analizando diversas bases de datos locales y nacionales, el Centro de Estudios Caribeños y Latinos (CLALCS) de CUNY Graduate Center, estima que la población dominicana en 2013 está creciendo al punto de casi desplazar a los puertorriqueños como mayoría latina en NYC, contabilizando 747,473 comparado con 719,444 puertorriqueños. Uno de los factores determinantes en el crecimiento es la llegada de más dominicanos en contraposición con el declive de la de los puertorriqueños.
Además, las estadísticas indican que las dominicanas, además de contar con más educación que el resto de inmigrantes latinos y centroamericanos, tienen la tasa de natalidad más alta entre otros grupos latinos. El reporte retoma los datos del Bureau of Vital Statistics; entre 2010 y 2012 se reportaron 33 mil nacimientos de madres dominicanas en NYC. Sin embargo, no incluye la cifra de los nacimientos de 2013, que llegarían a ser unos 10,000 dado el promedio de los dos años anteriores.
Raquel García da cuenta de esa fecundidad familiar: tiene seis hermanos más cuatro por parte de su padre; la primera generación nacida en Estados Unidos, es decir, sus sobrinos, ya son más de 17, a lo que se suman dos sobrinos nietos.
Si bien mantienen las tradiciones caribeñas, como reunirse para Navidad, cumpleaños y Día de la Madre y el Padre, donde se impone la cocina dominicana herencia de su madre (pernil, pasteles, arroz con gandules) y no falta el merengue y la bachata, reconoce que la exposición a la cultura estadounidense influye en las nuevas generaciones.
Por ejemplo, su hijo Gabriel y los primos de éste, son más “americanizados”. “Es inevitable que experimenten lo nuevo, él -su hijo- gusta de otro tipo de comida y escucha hip hop“, contó.
Con su pareja, Luis Ortiz -quien es el encargado oficial del family daycare instalado en su residencia (Milly´s Daycare)- atienden niños latinos, afroamericanos, algunos musulmanes y rusos. Además de sortear los requisitos y trámites para la licencia y permisos, han tenido que investigar y estudiar mucho sobre nutrición y educación infantil, leyes sobre el cuidado de los niños, así como herramientas de administración y hasta mercadeo.