Control ante todo… la salud mental está primero

Expertas en comportamiento humano llaman a apalear el nerviosismo generalizado que ha creado las medidas de la nueva administración de Donald Trump

El elevado temor al impulso que la Administración de Donald Trump quiere dar en el número de deportados, está dejando en casa a muchos niños de padres indocumentados, que no llevan a la escuela a sus hijos por el miedo a ser detenidos en el camino”. Así lo dio a conocer esta semana Lourdes Villanueva, directora de Abogacía de Familias Trabajadoras del Campo de Redlands Christian Migrant Association (RCMA), en Miami, Florida, a la agencia de noticias EFE.

Y es que como declaró el lunes Villanueva al servicio noticioso,la deserción escolar en escuelas y guarderías del centro de Florida (donde trabajan un buen número de jornaleros que, sin permiso de residencia ni trabajo, recogen frutas y verduras) se debe a este temor que no es exclusivo de este estado.

“Las familias inmigrantes que no tienen todavía regularizado su estatus migratorio [en Estados Unidos] están muy asustadas…  y si siguen así, nos vamos a quedar sin alumnos en las escuelas”, afirma a este medio una profesora de uno de los tantos distritos escolares pertenecientes a las diversas ciudades que conforman el condado de Los Ángeles, que prefirió mantener su nombre y vinculación distrital en el anonimato.

Ante la evidente tensión, la psicóloga Ana Nogales (con práctica en los condados de Los Ángeles y Orange) insta a los inmigrantes con o sin documentos a “no tener miedo ni sentirse víctimas” ante las nuevas medidas de la administración Trump, ya que esto no los llevará a ningún lado.

“Con sentir temor no se saca nada. Hay que tomar acción”, apunta la Dra. Nogales. “Hay que informarse lo mejor que se pueda, ver de qué manera uno puede legalizar su permanencia en este país al ser elegible a alguna de las tantas formas que se tienen y unirse a los movimientos que están surgiendo en pro de los inmigrantes”.

Ante todo la salud metal

Y es que el quedarse atrapado en el miedo es dañino no solo por la ansiedad, tensión e inercia física y metal que crea en los adultos, sino también por los efectos negativos que genera en el estado físico y emocional de los hijos de los padres inmigrantes que se sienten amenazados e inseguros con las nuevas medidas.

“Cada niño es un mundo, pero es inevitable que no se sienta también ansioso y temeroso al ver que sus padres están nerviosos, o ante la idea que puedan ser deportados y sus papás no estén más a su lado [en su diario vivir]”, afirma la consejera Maritza Peña, basada en Nueva York.

Para evitar esto, se requiere que los padres no se queden frenados en el problema sino que traten de restablecer su tranquilidad lo más pronto posible.

Peña resalta que el establecer un plan de acción ayuda en este proceso, que —entre otros puntos clave— debe encontrar respuestas a estos: qué caminos tenemos para legalizarnos, con quién vamos a dejar a los niños en el caso que tengamos que dejar este país (abuelos, tíos o padres tutores con quien los hijos se sientan bien), qué documentos legales debemos de tener listos (poderes de tutoría, actas de nacimientos, números de Seguros Sociales, etc.).

¡Cuidado con los hijos!

Además este plan de acción, los progenitores deben estar atentos a los cambios en el comportamiento de los hijos para intervenir de inmediato, ya sea “con una conversación cercana que restaure su tranquilidad emocional al asegurarles que papá y mamá tienen todo bajo control” o buscando ayuda profesional de ser necesaria.

Los niños por lo general tienen mucha dificultad para expresar lo que siente, pero dependiendo de su edad, se han identificado ciertos cambien en su comportamientos que nos dicen que algo está alterando sus emociones, señala Peña

Un adolescente, por ejemplo, puede entrar en una etapa de rebeldía; no asistir a clases, sin que los padres se enteren o meterse en situaciones delictivos. Mientras tanto, los pequeños pueden mostrar dificultades o atrasos en su desarrollo físico, cognitivo o estructural.

De acuerdo con la consejera, los más chicos pueden presentar los siguientes síntomas:

  • De 0 a 2 años. Se les afecta la memoria y tienen dificultades para comunicarse, se les altera el desarrollo; se irritan con facilidad, lloran o gritan mucho, tienen problemas digestivos, no duermen bien y tienen pesadillas.
  • De 3 a 7 años. Tienen problemas de aprendizaje, conductas agresivas, vuelven a orinarse en la cama, se quejan de dolores de cabeza, culpan a los demás por sus fallas o acciones indebidas o se sienten culpables de la situación que están asumiendo sus padres.
  • De 8 a la preadolescente: Además de los síntomas del anterior grupo, pueden mostrarse con una actitud retraída, sentirse ansiosos e inseguros, ganar o perder peso, descuidar su apariencia física o bajar su rendimiento académico.

“Cuando se están dando estos síntomas en los niños y adolescentes, los padres tienen que modificar de inmediato su estado emocional porque tienen que recordar que todo lo que ellos están sintiendo o diciendo, los niños [de cualquier edad o forma de ser] lo están sintiendo, adsorbiendo y expresando [positiva o negativamente] con su comportamiento”, resume Peña.

Los menores ansiosos tras el estado emocional de los padres pueden aislarse o manifestar dificultad para socializar.
Los menores ansiosos tras el estado emocional de los padres pueden aislarse o manifestar dificultad para socializar. /Shutterstock

A tener en cuenta

Tanto la psicóloga Ana Nogales como la consejera Maritza Peña recuerdan a los padres inmigrantes que se sienten emocionalmente alterados con las medidas de la nueva administración del presidente Donald Trump a buscar ayuda profesional tanto para ellos como para sus hijos en los programas y servicios disponibles en las comunidades para todo individuo sin importar su estatus legal.

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