Martin Luther King sería aliado en la lucha de inmigrantes

El "sueño" de igualdad de King inspira los movimientos sociales en la "era de Trump", dicen activistas

WASHINGTON— Si Martin Luther King estuviese vivo hoy, no sólo denunciaría de forma contundente la creciente desigualdad y polarización en EEUU sino que sería un aliado en la lucha por la justicia para los inmigrantes, según afirmaron este miércoles activistas.

En la capital estadounidense y en otras ciudades del país, particularmente en el sur, activistas y líderes políticos han participado en actos para rendir tributo a la obra y figura de King –el más emblemático de los “soñadores” de la justicia social en EEUU– y para hacer un “llamado a la acción” para continuar su lucha.

El líder del movimiento de los derechos civiles fue asesinado en un día como hoy hace exactamente 50 años, en el balcón del Hotel Lorraine en Memphis (Tennessee), mientras preparaba una gran “Campaña por la Gente Pobre”.

Semanas antes del magnicidio, a manos del fugitivo James Earl Ray, King se había sumado a una huelga de trabajadores recogedores de basura, que denunciaban malos tratos, discriminación y pésimas condiciones laborales.

Aunque mucho ha cambiado desde la represión y opresión racial de los afroamericanos, Estados Unidos vive, según expertos, una “resegregación” social y una creciente polarización y desigualdad salarial, que hace temer por el futuro del “Sueño Americano”.

Los indicadores sociales muestran que, pese a los logros, las minorías siguen afrontando discriminación en el empleo, vivienda, educación, y sistema judicial, y escasez de oportunidades.

Un aliado de inmigrantes

Consultados hoy por este diario, varios activistas coincidieron en que el “sueño de igualdad” de King sigue siendo una tarea inconclusa, pero su legado vive a través de estudiantes y el movimiento por la justicia para inmigrantes.

King sería un aliado de los inmigrantes, porque “él defendía la justicia y la equidad, que son pilares de la lucha pro-inmigrante”, dijo Maribel Hastings, principal asesora del grupo “America’s Voice”.

“Aunque a muchos no les parece que deba compararse la lucha por los derechos civiles con la lucha por una reforma migratoria justa -por tratarse de indocumentados-, me parece que donde quiera que se luche por justicia se honra el legado de King porque se sigue su ejemplo”, afirmó.

Hastings enumeró ejemplos de cómo y dónde vive el legado de King: en los “Dreamers” que buscan su legalización y un reconocimiento de sus contribuciones; en los trabajadores inmigrantes que aportan a la prosperidad económica nacional, y en otros movimientos por la justicia social, la igualdad de género, y la paz mundial.

Allen Orr, tesorero nacional de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración (AILA), estuvo en el mismo equipo de debates con King en el Colegio Universitario Morehouse a finales de los años 40, y consideró que el discurso de King, en víspera de su muerte, sigue vigente para la población inmigrante.

En ese discurso sobre “subir a la cima”, King hizo un llamado a la unidad, boicots, y protestas no violentas, además de que instó a las autoridades a defender los ideales de la nación.

“Sus palabras de entonces cobran vigencia para la inmigración y los inmigrantes de ahora. La Constitución otorga derechos a toda persona y EEUU debe defender esa promesa: lo que fue cierto entonces, lo sigue siendo ahora… tenemos que continuar la lucha por una política migratoria y leyes justas, aún en la hora más oscura de nuestros tiempos”, dijo Orr.

Por su parte, Tom Steyer, presidente de “NextGen America”, consideró que la inconclusa lucha justicia económica y social que enarboló King “vive” cuando se lucha por un salario digno, la abolición del encarcelamiento masivo, los derechos laborales, la protección ambiental, y un trato social equitativo.

Así como King clamó por llegar a la “cima” de la justicia social, también los activistas de ahora deben “fortalecer su compromiso por defender los derechos e igualdad de todos”, afirmó.

El legado de King incluso ha servido de inspiración para el movimiento estudiantil que exige un mayor control de las armas.

Pacifista de naturaleza, King murió irónicamente a manos de un hombre armado. Tras su muerte y la del senador Robert Kennedy en Los Angeles (California), nueve semanas después, el Congreso adoptó una ley, firmada por el presidente Lyndon B. Johnson, para restringir el acceso a las armas, que sigue vigente hoy.

Antes y ahora

Durante la militancia de King por los derechos civiles,  los pobres tenían empleos pero, al igual que ahora, los salarios de miseria en esa época apenas alcanzaban para sobrevivir, y la prosperidad ahora también es misión quijotesca.

Pocos conocen que varios líderes latinos se sumaron al movimiento de los derechos civiles de King y llevaron sus reclamos a la Casa Blanca, entre éstos Vicente Ximenes, el primer mexicoamericano designado por Johnson para la Comisión para Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC).

El presidente Lyndon B. Johnson juramenta a Vicente Ximenes como primer mexicoamericano a comisión que promueve igualdad de oportunidades. Foto: Biblioteca Presidencial Lyndon B. Johnson.

El líder campesino y sindicalista Baldemar Velázquez, colaboró con King en la “Campaña de Los Pobres”, cuando apenas comenzaba su carrera como organizador comunitario y, hasta el día de hoy, utiliza algunas de sus estrategias como presidente del “Comité Organizador de Trabajadores Campesinos”,  (FLOC).

El consenso de historiadores y sociólogos es que todos los asuntos de pobreza, derechos laborales, e igualdad social siguen tan vigentes ahora como lo fueron en la época de King.

En 1968, año de la muerte de King, había 25 millones de pobres en EEUU, o aproximadamente el 13% de la población. En 2016, hubo 40,6 millones de pobres, o el 12,7% de la población. Entre los hispanos, la tasa de pobreza en 2016 fue del 19,4%, según datos del Censo.

Los inmigrantes indocumentados, bajo la “era de Trump”,  encima de pobres, están bajo “asedio” de las autoridades que buscan deportarlos, ya sea por la fuerza o con medidas que causen su asfixia económica y “autodeportación”.

Jeffery Robinson, subdirector de asuntos legales de la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU),  denunció en un blog el abismo social que separa a los blancos de las minorías, pero pidió no dejar que muera el sueño de King.

“¿De qué sirve un monumento a King en Washington, DC, y el feriado federal en su nombre, si no podemos avanzar su sueño?”, preguntó Robinson, a manera de retórica.

El presidente Donald Trump se sumó a los tributos a King pero, ante la desigualdad imperante y las medidas policiales contra las minorías, algunos detractores calificaron sus declaraciones como “huecas”.

“Lo que veo es que en tan poco tiempo en el poder, Trump ha logrado desmantelar décadas del progreso obtenido a paso lento y frágil por la justicia social y aceptación plena de las minorías”, afirmó Rudy Arredondo, fundador y presidente de la Asociación Nacional de Granjeros y Rancheros Latinos (NLFRTA).

“Trump vive y mantiene una actitud de privilegio… nos estamos encaminando hacia una especie de esclavitud moderna y una dictadura, y a falta de una verdadera oposición demócrata, es el pueblo el que se está levantando”, se quejó Arredondo.

En esta nota

derechos civiles EEUU Inmigración inmigrantes martin-luther-king minorías

Suscribite al boletín de Política

Recibe gratis las noticias de política e inmigración diariamente en tu email

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias!

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain