Piénselo bien antes de dar el
Con el matrimonio se inicia un nuevo proyecto de vida para ambos en la pareja
México – Dar el “sí”, no es producto de un momento de emoción. Al llegar a este punto es posible pensar que ambos decidieron dar este paso convencidos de que el otro es la persona con quien se anhela completar el plan de vida que se tenía pensado para sí mismo, pero no siempre ocurre así, porque en el ambiente preparado entorno al matrimonio, suele ocurrir que no se destine tiempo a pensar en lo que vendrá para futuro.
Esta última sentencia, no deja de tener un matiz de incertidumbre y tal vez de generar cierto temor cuando llega el momento de planteárselo, pero no hay mejor remedio al iniciar cualquier proyecto que justamente darse la oportunidad de ver desde lo alto, cada uno de los panoramas que pueden figurar en el que camino que se habrá de recorrer, pues a partir de ello se estará gradualmente preparado para dar una respuesta adecuada.
El matrimonio no es la excepción y el hecho de que desde ahora ambos analicen la trascendencia de su decisión y elaboren un plan de vida compartido, será fundamental. ¿Qué hay que tomar en cuenta para este paso?, como explica el doctor en psicología Rolando Díaz Loving e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es indispensable detectar un objetivo común, en este caso lo más lógico es pensar que el suyo es crecer como seres individuales y como pareja que les permita aspirar a formar una familia con bases sólidas y, qué como reza la promesa que se hace ante el altar: permanezcan juntos “hasta que la muerte los separe”.
“¿Cómo van a llegar a ese punto? Hay que conocerse bien, establecer planes como por ejemplo si quieren o no tener hijos, qué van a hacer en caso de que la naturaleza no los dote de esta posibilidad; o en el ambiente económico pensar situaciones como el hecho de que alguno de los dos pierda su empleo, cómo responderán a las oportunidades de desarrollo que impliquen cambios significativos en su relación, pensemos quizá en el hecho de que haya que trasladar su residencia a otro país u estado, en fin, las situaciones pueden ser variadas.
Realizar un proyecto de vida incluye “definir el objetivo, cómo vamos a llegar a él, visualizar las áreas de oportunidad pero también distinguir los posibles riesgos que se pueden presentar y tener un plan para manejar la crisis”, aconseja el experto.
Lo más recomendable al iniciar la vida de casados, afirma la experta Cecilia Amézquita, es que cada uno conserve sus metas y objetivos personales, pero que a la par estructure y tenga la disposición para elaborar aquéllos que involucran a la pareja. Hace falta deslizar una mirada justa para descubrir cuáles son los puntos en los que coinciden, en los que esto no ocurre pero que se pueden conciliar y cuáles definitivamente no permiten ninguna alternativa de negociación.
“En este ejercicio lo que se espera es que salgan a relucir las cosas con las que sí podemos vivir y con las que no, pero que en un momento dado no van a afectar el proyecto común”, explica. Pero si en otro escenario pensamos en la posibilidad de que uno tenga el sueño de tener descendencia y para el otro no solamente es algo que no desea sino que además expresa firme y claramente que se niega a que ocurra, entonces hablamos de una situación que en el futuro va a desviar el proyecto de vida de los involucrados.
La proyección y la comunicación que ambos sostengan será imprescindible para llegar a entendimientos y acuerdos a favor de ustedes. No hay tema insignificante ni anhelo que no merezca ser hablado, “expresen abiertamente sus sueños, sus temores y las dudas que tengan sobre el futuro que están construyendo. Hablen con honestidad y acepten las diferencias que seguramente encontrarán; lo que no es válido es escucharlas y asumir que seremos generadores de cambio en el otro, desde luego la convivencia cotidiano nos permite aprender y adaptarnos a la vida común, pero no podemos pretender que las ideas de la pareja van a alterarse porque así lo queremos”, afirma el doctor Rolando Díaz.
Empiecen esta etapa nueva con un plan bien dirigido y estructurado, pues esto significa el principio de una buena relación basada en la confianza, el respeto y la comunicación, y por consecuencia, el resultado será un futuro prometedor en el que los sueños de ambos converjan.