Una respuesta sobre estado fallido

No me simpatiza la idea de sustentar una columna sobre la base de prolongar las polémicas que ella genera. El periodista o el que escribe para un periódico si se acostumbra a valerse de ese recurso se envuelve en un círculo vicioso del que luego le es difícil desentenderse.

Hago esta reflexión para referirme a un trabajo publicado en fecha viernes 21 de octubre en éste diario titulado. “Un Estado fallido en el Caribe”.

Conforme a esta metodología de “Estado Fallido”, se procede a caracterizar a los Estados, de sustentables, moderados, en peligro y en alerta. En este año 2011, fueron 177 los Estados analizados. El Estado más sustentable fue Finlandia desplazando a Noruega que en el 2010 estaba de primero, y el que se encuentra encabezando una situación de alerta es Somalia incluso por debajo de Haití que se encuentra en la posición Número 5.

El Estado latinoamericano con mayor “viabilidad” es Chile, en el No. 153 a sólo cuatro escaños de EE.UU. (158° no sustentable). Brasil en la posición 123. México en la 94. República Dominicana en el 84. Colombia 44. Venezuela 80 y Ecuador 62.

Esto nos dice que en realidad son muy pocos los países que, como Finlandia y Noruega, son sustentables. Lo conforman apenas 13 naciones, todas ellas desarrolladas y en su mayor parte europeas, más Canadá y Australia.

Los creadores de estos índices (revista estadounidense Foreign Policy y el think tank denominado Fund for Peace) han explicado que este ejercicio analítico no busca “poner en mal” a ningún país en particular, sino que, a partir de los 12 indicadores empleados en su medición, desean exhortar a las naciones a que trabajen para mejorar en todos los planos analizados, social, económico y político.

Es innegable que el uso que se puede dar al concepto de Estado fallido, no está exento de consideraciones políticas e intereses no del todo bien intencionados.

La principal dificultad que plantea la noción de “Estado Fallido” es su ambigüedad. El hecho de que no existe una definición universalmente aceptada del término. Resulta obvio el problema que extraña el hecho de quienes imponen esta etiqueta a los países no están de acuerdo sobre su contenido.

En conclusión, es muy probable que los “Estados Fallidos” sea parte de los conceptos exitosos para EE.UU., pero académicamente fallidos, además de políticamente nocivos para el resto de los países. No debemos mercadear nuestro país con mensajes negativos, eso no es hacer causa común con la patria.

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