Gigantes-Pats, más que la revancha

Súper Domingo tendrá, entre otros atractivos, la buena racha de ambos equipos

El mariscal Eli Manning saluda a los medios en la llegada de los Gigantes al Aeropuerto Internacional de Indianápolis.

El mariscal Eli Manning saluda a los medios en la llegada de los Gigantes al Aeropuerto Internacional de Indianápolis. Crédito: AP

INDIANÁPOLIS (AP).- Cuatro años después del que muchos consideran fue el mejor desenlace en la historia del Super Bowl, los Gigantes y Patriotas vuelven a citarse en el partido de campeonato de la NFL.

Aunque esta vez no estará en juego una foja invicta, el duelo del domingo es igual de atractivo.

En 2008, cuando Nueva Inglaterra estaba invicto y había derrotado a Nueva York en el último partido de la temporada regular, los Patriotas eran favoritos por un margen de 12 puntos en las apuestas.

La diferencia es ahora de tres y, esta vez, los Gigantes los vencieron durante la campaña.

Además, ambos equipos llegan enrachados. Los Patriotas (15-3) tienen 10 victorias consecutivas -contra 18 en el 2008- y los Gigantes (12-7) han ganado cinco al hilo.

Todo esto no es poca cosa, según Bill Belichick, que empatará el récord entre los entrenadores con su quinta aparición en el Super Bowl.

“Desde hace días me han preguntado sobre ese partido. Todos los encuentros del pasado no significan mucho en este momento”, dijo Belichick, que lleva una foja de 3-1 en partidos por el título en la NFL.

“Este partido tiene que ver con este equipo de este año. Realmente no somos muchos los entrenadores y jugadores que estuvieron involucrados en ese encuentro… Estamos donde estamos ahora y somos diferentes de lo que fuimos al principio de la temporada”, señaló.

Sin embargo, aquella derrota todavía retumba en la mente del apoyador Rosevelt Colvin, de los Patriotas.

“Fue como un golpe en el estómago”, describió. “Todavía no puedo mirar los momentos destacados de ese partido porque la oportunidad que perdimos fue muy grande”.

Tener la experiencia de haber llegado hasta estas alturas con anterioridad es muy útil, de acuerdo con Justin Tuck, líder de la defensiva de los Gigantes que al recuperar la salud y el nivel de juego ha sido clave para el resurgimiento de Nueva York.

Estima que la experiencia de hace cuatro años en el desierto de Arizona será favorable para todos.

“Lo único que le puedo decir a los muchachos más jóvenes es que se entreguen de lleno”, dijo Tuck. “No hagan este partido más importante de lo que tiene que ser. Todos a tu alrededor van a hacerlo, pero tenemos que concentrarnos en los motivos que tenemos para estar allí”.

Mientras la defensiva que llega a Indianápolis no es tan apabullante como el grupo que hizo sufrir a Tom Brady en 2008, se fortaleció a medida que los Gigantes avanzaban hacia el campeonato de la Conferencia Nacional. Y también es tan intensa como el grupo que capturó cinco veces a Brady y lo golpeó en nueve más.

Los Gigantes tienen en defensa a Tuck, Osi Umenyiora, Jason Pierre-Paul, Dave Tollefson y el linebacker Mathias Kiwanuka, un grupo que parece mejor en los papeles que el de Umenyiora, Tuck, Michael Strahan, Jay Alford y Antonio Pierce en 2008.

Además de los entrenadores, Belichick y Tom Coughlin, ése es el elemento que más se repite entre estas dos ediciones del Super Bowl.

“Esa ha sido la fortaleza de su equipo hasta donde recuerdo”, señaló Brady.

Los polémicos receptores Randy Moss y Plaxico Burress han sido sustituidos por hábiles creadores de jugadas como los alas cerradas Rob Gronkowski y Aaron Hernández en Nueva Inglaterra y los receptores abiertos Hakeem Nicks y Víctor Cruz en Nueva York.

Eli Manning ya no es una incógnita como quarterback de los Gigantes y se ha encargado de la ofensiva en la manera en que lo solían hacer las piernas de Brandon Jacobs y Ahmad Bradshaw.

Un total de 16 jugadores de estos Gigantes ganaron 17-14 el Super Bowl de 2008, mientras que únicamente siete de los Patriotas derrotados aquel día siguen en el equipo.

A diferencia de hace cuatro años, cuando todos vistieron trajes negros como una señal de unidad antes de enfrentar a los invictos Patriotas de Nueva Inglaterra, los Gigantes llegaron ayer a la sede del Super Bowl sin trucos motivadores.

Al aterrizar en Indianápolis para una nueva final de la NFL contra Nueva Inglaterra, los Gigantes llegaron igual de confiados que aquella vez.

Pocos les concedían la posibilidad de doblegar a los Patriotas en Arizona en 2008, pero lograron una sorpresiva victoria de 17-14.

Si el domingo les toca ganar, esta vez no impresionarán a nadie.

Los Gigantes vencieron a los Patriotas en la temporada regular y llegan a Indianápolis con casi tanto impulso como su rival.

Eso quedó claro cuando descendieron del avión. El atuendo fue una decisión individual.

Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain