‘El Chaparro’ fue el héroe en cárcel de Honduras

Alaban la valentía de un preso enfermero que ayudó a salvar a otros durante el incendio que mató a 355

Empleados del servicio forense tasladan los cádaveres ocasionados por un incendio en la Granja Penal de Comayagua.

Empleados del servicio forense tasladan los cádaveres ocasionados por un incendio en la Granja Penal de Comayagua. Crédito: EFE

COMAYAGUA — Muchos hablan de como se metió entre las llamas para abrir las rejas que retenían a los presos dentro del infierno en que se habían convertido las celdas del penal de Comayagua. Pero nadie lo ha visto después del siniestro.

Se trata de Marco Munguía, un enfermero que es parte de la población reclusa a quien llaman “El Chaparro”.

La gobernadora de Comayagua fue la primera en llamarlo héroe, después de visitar ayer el penal y escuchar lo que el resto de prisioneros decían de la dramática intervención que tuvo.

“Los internos llaman héroe a Marquitos, el enfermero que tomó las llaves y se metió entre el fuego para abrir las celdas. El es un héroe para ellos”, dijo Castro.

Pero es más fácil comprender la valentía con la que actuó este héroe de la vida real cuando el relato proviene de una de las personas a las que puso a salvo de las llamas.

José Enrique Guevara, de 33 años y cinco de estar preso por robo de autos, dijo a la AP desde su lecho de convaleciente en el hospital de la localidad que la noche de la tragedia “estaba dormido… y de repente sentí el fogonazo y comenzaron los gritos. Yo no sé cómo comenzó, me había dormido a las 9 (de la noche) y todo pasó en segundos”.

Guevara dormía en el módulo seis, uno de los 12 cobertizos alineados uno junto al otro y desde el que se propagó el fuego por las edificaciones de la granja.

“Mire, habíamos 105 reos y solo nos salvamos cuatro: Marlon, Nery, otro muchacho y yo. Cuando el fogonazo me pegó, yo me tiré en una esquina, pegado a la pared y frente a la puerta, quería sumirme en el suelo”, dijo el hombre mientras escenificaba sus acciones.

“Usted no sabe lo que es eso, sentir que todos se están quemando, escucharlos, eso es horrible, viera cómo lloraban cuando los estaba quemando el fuego. Yo me salvé por El Chaparro, que llegó y rompió el candado con una banca, este es un héroe, muchos de nosotros le debemos la vida”, expuso.

Hasta ahora el héroe ha permanecido tras bambalinas. Todo indica que salió bien librado de la hazaña y se encuentra entre los reos que permanecen en las instalaciones de la prisión que no fueron consumidas por las llamas.

Rosendo Sánchez, un recluso que por estar a menos de seis meses de terminar su condena goza de ciertos privilegios, entre ellos residir en una pequeña casita separada del resto de cautivos, contó que los internos comentaban que el guardia responsable de las llaves en la prisión “no abría” las rejas a pesar del drama que se estaba viviendo.

“Hay versiones que se le cayeron (las llaves) otros que no las soltaba, pero el enfermero le quitó las llaves y comenzó a abrir las puertas. El Chaparro es el único que tuvo valor”, dijo.

Guevara lo cuenta así: “Dicen que le dijo al llavero (custodio que tiene las llaves de las celdas) que abriera, pero no se las quería dar y luego le tiro unas pero no eran todas y él entre las llamas comenzó a romper los candados. Le digo, el nos salvó”.

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