Estrés crónico favorece Alzheimer

Las presiones de la vida diaria favorecen la pérdida senil de facultades.

Se calcula que para el 2050 de 13 a 16 millones de personas padecerán Alzheimer en Estados Unidos casi triplicando el número actual de 5.4 millones.

Se calcula que para el 2050 de 13 a 16 millones de personas padecerán Alzheimer en Estados Unidos casi triplicando el número actual de 5.4 millones. Crédito: Thinkstock

Pamplona (EFE).- Un estudio desarrollado en modelos animales por el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra (norte de España) concluye que “el estrés crónico suave es un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer”.

Los resultados del trabajo, publicado en la revista científica Journal of AlzheimerŽs Disease, indican que el desarrollo del Alzheimer de tipo esporádico -un 95 % de los casos- está asociado a diferentes factores de riesgo, genéticos y ambientales, y si bien el principal es el envejecimiento, el estrés crónico también aparece relacionado con esa enfermedad.

El estudio trató de determinar si un proceso de estrés crónico suave, similar al estrés clásico en la vida diaria, podría influir en la aparición de esta patología neurodegenerativa y para ello se han utilizado ratones jóvenes con Alzheimer inducido, que todavía no presentan los rasgos característicos de la enfermedad.

Tras someterles a un protocolo de estrés crónico de seis semanas de duración, se ha observado que estos animales presentaban una pérdida de memoria severa y un aumento significativo de los dos principales marcadores del Alzheimer, el péptido beta-amiloide y la proteína Tau fosforialda, sustancias que se acumulan en el cerebro de los pacientes con esta enfermedad.

“Por lo tanto, confirmamos que un estrés suave, aplicado de manera crónica, contribuye a agravar y acelerar los principales rasgos de la enfermedad en estos animales, que presentaban una predisposición genética para desarrollar Alzheimer”, explica Mar Cuadrado, investigadora del Área de Neurociencias del CIMA y autora principal del trabajo.

La especialista indica en un comunicado que hay muchos estudios que avalan que el estrés produce deterioro cognitivo, que los pacientes con depresión tienen episodios de pérdida de memoria y que el estrés es uno de los factores que se asocian a la depresión.

Con este trabajo, se ha “confirmado que el estrés podía afectar directamente a los marcadores propios de la enfermedad de Alzheimer”, subraya.

Los investigadores del CIMA intentan ahora utilizar estos resultados para obtener modelos animales que desarrollen todas las características de los pacientes afectados por el Alzheimer y así poder ensayar con más fiabilidad nuevas moléculas diseñadas para el tratamiento de la enfermedad.

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