Expedición para esclarecer muerte de Amelia Earhart
En julio, historiadores, científicos y buzos van a buscar restos de la nave en que ella viajaba hace 75 años
Washington, 22 de marzo – Una expedición de investigadores se ha propuesto acabar con el misterio que rodea la desaparición de la aviadora más famosa de EE.UU., Amelia Earhart, de la que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, se ha declarado admiradora.
Clinton recuerda que en su adolescencia, cuando empezó a interesarse por historias de mujeres excepcionales, su madre le habló de esta aviadora que dejó boquiabierto al país en los años 30 y desapareció de forma enigmática en medio del Pacífico.
En un momento en que EE.UU. necesitaba estrellas para abstraerse de la dura recesión, la aviadora Earhart se perfiló como uno de los rostros más famosos en los años treinta. Cruzó sola en 1932 el Atlántico en un tiempo récord -14 horas y 56 minutos- y consiguió en 1935 aterrizar en California tras despegar de Hawai.
De hecho, fue la primera persona en sobrevivir a la ruta aérea Hawai-California, pero el espíritu de superación de la aviadora convivía necesariamente con el riesgo y, en 1937, su avión desapareció sin dejar rastro en el Pacífico, cerca del meridiano 180, conocido como línea internacional de cambio de fecha, que marca el cambio de día.
Tres cuartos de siglo después todavía se desconocen las circunstancias de su muerte, que las enciclopedias consideran “desaparición”. Ahora los investigadores creen haber encontrado indicios para reconstruir el último vuelo de Earhart.
La principal prueba es una fotografía tomada el mismo año de la desaparición por un soldado británico en una isla remota de la zona, en territorio nacional de Kiribati. Los expertos perciben en la instantánea partes de un avión que sobresalen del agua.
El investigador Ric Gillepsie aseguró esta semana que lo que se ve en la imagen “tiene todos los elementos del tren de aterrizaje de un Lockheed Electra”, que es el modelo con el que voló la aviadora.
Y de ahí nace la hipótesis- la aviadora y su acompañante habrían hecho ese mes de julio de 1937 un aterrizaje de emergencia, habrían llegado a la isla llamada Gardner e incluso habrían sobrevivido un tiempo como náufragos.
“Es el último gran misterio estadounidense del siglo XX”, sentenció el director de las investigaciones, que ya ha viajado varias veces a la zona.
En julio se desplazará de nuevo, acompañado por historiadores, científicos y buzos para encontrar restos de la nave al parecer extraviada 75 años atrás.
Dedicarán diez días, contarán con robots submarinos y tienen financiación privada, ya que quien promueve la expedición es el Grupo Internacional para la Recuperación de Aviones Históricos (TIGHAR, en sus siglas en inglés).
Hillary Clinton apoya la iniciativa porque se necesita reestablecer la memoria sobre “la primera gran científica e inventora del país”.
De hecho, el 75 aniversario de la desaparición de esta mujer activa y trabajadora ha devuelto al público estadounidense las hazañas de la aventurera que cruzó en solitario el Atlántico.
La National Portrait Gallery de Washington prepara una exposición que, desde finales de junio, rescatará la historia de Amelia Earhart, expondrá su licencia de vuelo, un casco de cuero para volar y un filme que recoge imágenes de la boda de la piloto.
“El impacto de Amelia Earhart en la cultura estadounidense se extiende más allá de sus hazañas de una aviación de récord”, declaró el director del museo, Martin Sullivan.
“Ahora damos por sentado la conveniencia de los viajes comerciales y los derechos iguales para todos, pero entonces reflejaba unos ideales de un visionaria audaz”, agregó.
En efecto, su actividad a favor de los derechos de las mujeres pasó por un programa para mujeres piloto, la afiliación al Partido Nacional de la Mujer, el apoyo de la enmienda de igualdad de derechos de la época y varias conferencias y escritos, sin abandonar su documentada pasión por el buen vestir.
Clinton resaltó que Earhart “ilusionó a la gente e inspiró a soñar de forma más grande y más audaz. Cuando perdió la vida en ese trayecto histórico, se llevó aspiraciones de todo el país con ella”.
Este verano, los investigadores intentarán saber, en una isla remota de la república de Kiribati, cómo fue aquel trayecto histórico con aspiraciones a bordo.