‘Creeky’ no se rinde

El payaso Floyd Creekmore sigue arrancando sonrisas a los 95 años

Floyd 'Creeky' Creekmore es el payaso más viejo en activo, según el libro de récords de Guinness.

Floyd 'Creeky' Creekmore es el payaso más viejo en activo, según el libro de récords de Guinness. Crédito: AP

BILLINGS, Montana.- Floyd “Creeky” Creekmore hace uno de los actos más discretos del circo: camina con sus enormes zapatos entre la multitud, haciendo trucos de magia y arrancando risas y gestos de asombro a los niños, quienes miran las arrugas de su rostro, debajo del maquillaje.

A los 95 años, el extrabajador agrícola de Montana recientemente reconocido como el payaso de más edad que sigue activo en el mundo, tiene menos trucos bajo la manga. Dejó de hacer malabares hace años luego de una apoplejía, y ya no emplea la bicicleta que alguna vez formó parte de su actuación.

Pero cuando el circo Shrine viene a Billings, donde vive Creekmore con su esposa Betty, de 96 años, Creeky el payaso vuelve a la vida.

En su casa, Creekmore se pone una chaqueta multicolor, una peluca anaranjada con un sombrero amarillo y una nariz de goma. Cuidadosamente amarra los cordones de sus zapatos.

Si su temblorosa mano traza una línea torcida en un lado de su rostro, Creekmore simplemente hace lo mismo en el otro lado.

“Me quedo lejos de la multitud para que no lo noten”, dice.

Otros han reclamado el título del payaso más longevo del mundo, como Oleg “El Payaso Sol” Popov, de 81 años, miembro del circo de Moscú; y Andy “Bumbo” Beyer, de Santa Ana, California, quien fue promovido como el más viejo hasta que se jubiló hace tres años, a la edad de 91.

Pero resultó que Creekmore siempre tuvo una ventaja de 20 meses. Ahora cuenta con el reconocimiento del libro Guinness de los Récords Mundiales, que en febrero lo declaró el payaso más viejo en activo por solicitud de sus amigos.

Sus colegas y familiares dicen que Creekmore ha comenzado a perder vigor, pero que aún no da señales de que terminarán sus actuaciones periódicas.

“Aún si su cuerpo se niega, su mente no se detendrá”, dijo su nieto Tom McCraw.

Creekmore comenzó como payaso hace más de ocho décadas.

Cuando el circo Barnum and Bailey pasó por la ciudad de Great Falls, Montana, algunos jóvenes buscaron empleo a cambio de entradas para el espectáculo. Creekmore dice que buscó a los payasos, para conocer más sobre el tema.

A los 15 años, Creekmore vivía y trabajaba en varias fincas del centro de Montana mientras estudiaba la secundaria.

Su interés en ser payaso era conocido en su pueblo natal, Coffee Creek. Por ello, cuando fue invitado a participar en un desfile local, hizo su disfraz con ropa vieja y un lápiz labial, y quedó enganchado por las risas que provocó.

Tras retirarse en 1981 del trabajo en las haciendas y en la construcción, se unió a los “shriners”, una rama de los francmasones que organizan actos circenses a fin de recaudar dinero para los hospitales de la congregación. Desde entonces es un participante obligado del circo Shrine.

De entre su familia, sólo su nieto McCraw, de 39 años, ha seguido sus pasos.

“Creeky entiende que hacer reír a un niño es el sentido de la vida”, dijo.

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