¿Será hispano el candidato a vicepresidente republicano?”

Después de sus victorias en las primarias de Wisconsin, Maryland y el Distrito de Columbia, a Romney falta muy poco para poder declarar al ex gobernador de Massachusetts como el candidato a la presidencia por el Partido Republicano.

Ya comienzan las especulaciones de quién será la persona escogida por Romney para ser su compañero de boleta en noviembre como candidato a la vice presidencia. Aunque parezca increíble, sólo cuatro años después que Barack Obama fuese electo presidente, el primer áfrico-americano en lograrlo, los republicanos hablan de tres hispanos como posibles candidatos a la vicepresidencia.

Los tres son conservadores y tienen el respaldo del Tea Party. Todos tienen sus cosas buenas y sus puntos flacos. De ellos, el senador de la Florida Marco Rubio es el que más suena. La cadena ABC dice que más de la tercera parte de los republicanos quisieran que él fuese el escogido por Romney. Pero también hablan de la gobernadora de Nuevo México Susana Martínez y de Brian Sandoval, el gobernador de Nevada.

A pesar de negar su interés, el nombre de Rubio es el que más suena. Dicen, sus partidarios que ayudaría a Romney a ganar los 29 votos electorales de la Florida, un estado siempre peleado por los dos partidos. Martínez haría lo mismo en Nuevo México, pero ese estado sólo cuenta con cinco votos electorales.

Lo más interesante de todo esto es que todo este barullo que se ha formado con candidatos negros o hispanos ha ocurrido en los primeros 12 años del siglo XXI. Antes era un imposible. Hoy es casi un requisito. Sería, irónico sin embargo que los cargos ejecutivos más importantes del país fueran a ser ocupados primero por un negro y después por un hispano –si uno de estos tres es nominado y sale electo– antes de que una mujer ocupase la Casa Blanca.

Rubio es popular en la Florida donde los cubanos y puertorriqueños no tienen problemas migratorios. Sin embargo, su voto en contra del Dream Act que le hubiera dado la oportunidad de obtener la ciudadanía a jóvenes que vinieron a este país de muy niño lo perjudica entre los hispanos en otras partes del país.

No importa que ahora Rubio trate de presentar un Dream Act que permita a estos jóvenes quedarse en este país legalmente, pero no les permitiría convertirse en ciudadano. El hecho de ser de origen cubano, de estar opuesto a leyes que favorecen la legalización de los indocumentados lo perjudica. El Partido Republicano ha sido muy duro con los indocumentados y los ciudadanos americanos provenientes de México, América Central y América del Sur no se lo perdonan.

Es una pena ya que Rubio es un excelente orador que sabe explicar la agenda republicana como pocos en el Partido. Por todo esto él ha sido blanco favorito de ataques de los demócratas que ven el peligro que Rubio les presentaría. Martínez y Sandoval son populares en sus estados pero tampoco han logrado atraer al voto hispano fuera de sus propias fronteras.

Martínez debía de atraer tanto a las mujeres como a los hispanos; pero sus posiciones, al igual que las de Rubio, son demasiado conservadoras para atraer a mujeres o hispanos que se consideren independientes.

También se habla de otros conservadores. Entre ellos están el senador Jim DeMint (R S.C.) y dos gobernadores con carisma y popularidad; Chris Christie de Nueva Jersey y Bob McDonnell de Virgi- nia. Y Paul Ryan, congresista de Wisconsin y una fuerza dentro del movimiento fiscal conservador del partido.

Estrategas del Partido Republicano como Alex Castellanos, quien asesora a Romney y Ford O’Connell, creen que el ex gobernador de Massachusetts necesita a un hispano como compañero de boleta.

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