Calentamiento global afecta a ostras en EEUU

Estudio atribuye su falta de reproducción a los altos niveles de dióxido de carbono en aguas del Océano Pacífico.

Los científicos dicen que los niveles levemente más altos de dióxido de carbono en aguas del Océano Pacífico, vinculados con el calentamiento global, son la causa de que las larvas de ostras no sobrevivan en un criadero en Estados Unidos.

La mayor acidez del agua provocada por el dióxido de carbono dificulta la formación de las conchas, lo cual condena a las ostras jóvenes a una muerte rápida, aunque las trasladen a ambientes más favorables.

“Muchos estudios hablan del año 2050, cuando la acidificación del océano se convertirá en un problema para la vida marina”, dijo el autor principal del estudio, Alan Barton, gerente de producción del Whiskey Creek Shellfish Hatchery en Oregón. “Para nosotros comenzó hace cinco años” y llevó al criadero casi al borde de la quiebra, agregó.

El trabajo apareció el martes en la edición electrónica de la revista Limnology and Oceanography.

Es una de las primeras investigaciones que saca el tema del laboratorio y lo coloca en el ambiente natural, dijo Annaliese Hettinger, estudiante de doctorado en la Universidad de California en Davis, quien no participó del estudio.

“Es un buen ejemplo de coordinación entre la industria y los científicos para hallar posibles soluciones a los problemas ambientales que enfrentamos en este terreno”, añadió.

Los criaderos y ostrerías que dependen de la reproducción natural empezaron a tener problemas con la supervivencia de las larvas en 2005, dijo Barton.

En Whiskey Creek, que cría larvas del Pacífico y ostras kumamoto provenientes de Japón, empezaron a advertir una correlación entre las surgencias fuertes del océano y la mortandad de las larvas.

“Un día, todas las larvas del criadero estaban muertas”, dijo. “Fue en medio de una gran surgencia. Fue entonces cuando se hizo la luz. Teníamos que investigar la química del agua”, agregó.

La surgencia es un fenómeno oceánico en el cual los vientos del norte provocan el ascenso de las aguas profundas hacia la superficie, trayendo consigo los nutrientes que alimentan a toda la red alimentaria. Las aguas profundas tienen más acidez que las superficiales. Cuando la elevación de los niveles de dióxido de carbono en la superficie se combina con la surgencia, las condiciones ya no permitían la supervivencia de las larvas, según el estudio.

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