Poe sin garra

John Cusack es Edgar Allan Poe en The Raven. Esta es la crítica.

John Cusack (izq.) como Edgar Allan Poe y Samuel Hazeldine quien da vida al asistente de su editor en una escena de 'The Raven' que se estrena mañana.

John Cusack (izq.) como Edgar Allan Poe y Samuel Hazeldine quien da vida al asistente de su editor en una escena de 'The Raven' que se estrena mañana. Crédito: Relativity Media

Si Edgar Allan Poe levantara la cabeza y viera lo que los responsables de The Raven han hecho con sus obras, quizás escribiría un nuevo relato en el que detallaría la más sangrienta venganza contra ellos.

El filme, que se estrena hoy y ha sido clasificado R por su violencia, sigue la investigación del Detective Fields (un muy carismático Luke Evans) ante una serie de asesinatos, a cada cual más sofisticado, que tienen como hilo común a Edgar Allan Poe (John Cusack): el criminal emplea los relatos del celebrado autor de terror gótico para sacrificar a sus víctimas siguiendo lo detallado en sus páginas al pie de la letra.

The Raven no es un filme horrendo (hay secuencias bien logradas, como el secuestro de Emily, la pareja sentimental del autor encarnada por Alice Eve, o ciertas muertes).

Es, simplemente, una película sin tono, que navega con rumbo perdido, dudando de quién es la estrella (¿Poe? ¿el detective? ¿el asesino?), nunca decidiéndose por un género (¿terror? ¿suspenso? ¿relato semi-autobiográfico?).

Es culpa no solo de un guión endeble, aunque con un punto de partida si bien poco original, al menos sí interesante; también lo es de una puesta en escena titubeante, obra de James McTeigue, quien debutara con la excelente V for Vendetta, pero luego perdiera considerable fuerza con la por lo menos distraída Ninja Assassin.

Pero en The Raven McTeigue, quien fuera alumno de los hermanos Wachowski (The Matrix), tiene intenciones algo más sofisticadas que en Ninja Assassin: al fin y al cabo nos sumerge en un ambiente aparentemente verídico (aunque el libreto sea pura ficción), que sucumbe a sus propias tinieblas, no solo causadas por los violentos crímenes, sino también por unos personajes sentenciados por sus actitudes y acciones suicidas, como el mismo Poe (encarnado con irritante histrionismo por John Cusack, quien parece querer imitar a Nicolas Cage en algunas de sus peores actuaciones).

Sí, se han visto y se verán peores películas en los cines a lo largo de 2012: pero es una pena que The Raven no vaya allá donde su idea de partida sugería.

Me imagino qué hubiera hecho con ella un director con estilo, como David Fincher (Seven, The Social Network, The Girl with the Dragon Tattoo).

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