Boicotean supermercado por abusos
En una de las comunidades más diversas de la ciudad, vecinos y activistas reclamaron ayer a los dueños del supermercado Golden Farm en Kesington, Brooklyn, que respeten los derechos de sus trabajadores.
El mexicano Leopoldo Vela, vecino de Kensington, se unió a la protesta para apoyar a los trabajadores Crédito: Carolina Ledezma / EDLP
Brooklyn – En una de las comunidades más diversas de la ciudad, vecinos y activistas reclamaron ayer a los dueños del supermercado Golden Farm en Kesington, Brooklyn, que respeten los derechos de sus trabajadores.
Decenas de personas se apostaron en el lugar desde la medianoche, pidiendo a la gente que no comprara allí ese día. También repartieron volantes en inglés, español y hasta ruso para llegar a todos los residentes de la zona.
El mexicano Leopoldo Vela, de 46 años y vecino del área, se unió al grupo en solidaridad con los empleados subpagados, quienes desde hace año y medio se han rebelado en contra de sus patronos para exigir beneficios como salario mínimo, pago de sobretiempo y días de enfermedad.
Según New York Community for Change (NYCC), en marzo de 2011 el Departamento del Trabajo de la Ciudad pidió al Fiscal General investigar al propietario Sonny Kim por violaciones salariales. De allí, Golden Farm comenzó a pagar $7.25 por hora y sobretiempo.
En junio, doce trabajadores introdujeron una demanda en junio de 2011 que aún está por definirse, según informó Kate Barut de NYCC.
En contra de la voluntad de sus jefes, “ellos han decidido crear un sindicato y el dos de mayo votarán para decidirlo”, explicó la activista. “La meta es que logren un nuevo contrato con beneficios”.
Martín González, mexicano de 40 años, lleva cinco años laborando en Golden Farm, la mayor parte de los cuales sólo recibía $3.60 por hora y ningún pago extra. El apoya la creación del sindicato, aunque no está seguro si lo lograrán. “Sólo a algunos les pagan cuando se enferman y eso no es todo, pero muchos no temen perder el trabajo”.
“El gerente no está aquí”, dijo el propio encargado del local cuando se le pidió su opinión, antes de tomar fotos a los manifestantes.
