Hay mordaza en el grupo

Los agentes evitan a toda costa hablar del asunto con la prensa

WASHINGTON, D.C.- Después de dos semanas de revelaciones inquietantes sobre un sonado escándalo de prostitución, el Servicio Secreto y sus partidarios se esfuerzan por restablecer el prestigio de la institución poniendo énfasis en su condición de “secreto”.

A los agentes retirados les han indicado que dejen de hablar con la prensa. Los agentes del Servicio Secreto están cerrando cuentas en Facebook, colgando el teléfono cuando los llaman reporteros y notificando a su dirección “incluso llamando a la policía” cuando los periodistas golpean las puertas de sus casas en busca de entrevistas.

“¿Qué propósito tienen esas revelaciones, ciertas o exageradas? ¿Qué ha pasado con el orgullo de ser discreto y mantener un secreto?”, se preguntó el presidente de la Asociación de Exagentes del Servicio Secreto de Estados Unidos, Pete Cavicchia, en un mensaje por correo electrónico a sus miembros.

Cavicchia, director de una firma de seguridad e investigaciones con sede en Nueva York, elogió a los agentes retirados que se negaron a las entrevistas, instó a otros a ser prudentes y agregó que “nosotros, como organización y como individuos, no tenemos que intensificar el daño y las especulaciones en estos momentos”.

El escándalo y lo que reveló sobre el ambiente interior del Servicio Secreto han convulsionado la agencia famosa por su discreción. Más de una docena de agentes del Servicio Secreto contactados por The Associated Press han cortado abruptamente la comunicación o se han negado a responder numerosos mensajes para hablar sobre la agencia y sus excompañeros. Uno lo reportó a sus jefes cuando un reportero de la AP lo visitó en su hogar una tarde. Algunos agentes retirados que fueron entrevistados notificaron a sus jefes qué preguntas les planteaban.

Un agente de policía llegó al hogar en Annapolis (Maryland) de Greg Stokes, uno de los empleados que perdió su puesto debido al escándalo, y ordenó a un reportero de la AP que se alejara. Frente al hogar en Virginia de otro empleado que también perdió el empleo, David Chaney, la policía estacionó una patrulla, y a veces dos. Un policía reprendió a los reporteros que se acercaron a la puerta de la casa.

Chaney desactivó su cuenta en Facebook después que fue identificado como uno de los involucrados, pero sin evitar que los reporteros la descubrieran.

Un exagente, que habló a la AP con la condición de no ser identificado para proteger su relación con agentes en ejercicio, dijo que los jefes han impuesto una mordaza sobre la información acerca de la investigación del escándalo que estalló en Colombia.

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