Artista rechaza la oscuridad en su exhibición

Elsa Muñoz dedica su exhibición de cuadros al óleo a su maestra y a sus abuelos fallecidos

Elsa Muñoz, pintora méxicoamericana de 28 años, presenta sus obras en la galería Dubhe Carreño.

Elsa Muñoz, pintora méxicoamericana de 28 años, presenta sus obras en la galería Dubhe Carreño. Crédito: Cortesía Elsa Muñoz

Chicago – Desde el punto de vista del espectador, la fotografía pintada en un cuadro de 22″ por 16″, inspirada en el hogar de los abuelos de Elisa Muñoz, la artista méxicoamericana de 28 años, es de un espacio vacío, oscuro y triste. Pero en la obra los rayos del sol iluminan el camino hecho de azulejo azul y dirigen la vista a la posibilidad de vida y felicidad representada por árboles y flores plantadas en macetas de aluminio.

Las 13 imágenes muertas captadas en cuadros pintados al óleo para la exhibición de arte de Muñoz, en la Galería Dubhe Carreño, ubicada en el 118 N. Peoria, abierta hasta el 26 de mayo, demuestran momentos cotidianos cubiertos por una capa de oscuridad y olvidados por ser comunes. A primera vista, la soledad y solemnidad consumen las piezas de arte de Muñoz, pero después de recorrer la exhibición entera se puede concluir que la oscuridad es una herramienta que la artista utiliza para guiarnos a los espacios donde la luz penetra para enfocarse en la naturaleza y descubrir su misterio.

“Me gusta usar los elementos naturales simbólicamente. Por ejemplo, una quemazón controlada [en un bosque] o el agua que para mí significan purificación”, dijo Muñoz, quien le dedicó la exhibición ‘Still: Paintings for Blanca’ a Blanca Lopez, su maestra en la Academia Americana de Arte que murió de cáncer en 2011.

Muñoz se inspiró en el trabajo del artista de Chicago Tim Lowly, quien pinta a su hija discapacitada, para sus primeras piezas de arte que exploran el concepto de la belleza ocultada por la oscuridad.

“Lowly maneja las imágenes de su hija con una delicadez y los retratos son una representación de cómo un papá se imagina a su hija. Algunos momentos incómodos son provocados por el estado físico de su hija”, explicó Muñoz.

Después de graduarse de la Academia 2006, Muñoz tomó prestado el concepto de arte de Lowly para experimentar con la figura del ser humano. El perfil de una niña, la sobrina de Muñoz, es una de las primeras piezas en la exhibición. El rostro se destaca contra el telón de fondo tenebroso y la delicadez del tono de piel de una niña rompe contra la oscuridad.

El empujón que necesitaba Muñoz para destacarse entre sus compañeros y establecerse como artista llegó después de la muerte de su maestra y sus abuelos.

Al fondo de la galería, cuatro piezas de casi seis pies de altura rodean al espectador. Líneas blancas cortan el bloque negro de pintura para dar forma a las olas cuando llegan a la costa y una luz en el horizonte las ilumina.

“Mi cuerpo me dolía cuando trabaje estas piezas 12 horas diarias por casi un mes y medio porque tenía que pulir el cuadro”, comentó Muñoz.

Parte de la creación es la curiosidad y la creatividad inicial. Los lugares o los momentos que elije fotografiar y luego representar en una exhibición distinguen al artista. Por ejemplo, para captar la escena de una de las obras de Muñoz, ella decidió ir a uno de los bosques en Evanston por la noche equipada con una linterna y una cámara.

“En la noche, en un bosque, tus sentidos están amplificados y te sientes como si no fueras parte de ese mundo, sin defensa propia y al final te das cuenta que no eres todo poderoso y te entregas a tu alrededor”, dijo Muñoz de la escena donde captó las hojas verdes oscuras sobre las ramas cafés alumbradas por la luz de su linterna.

Muñoz logra captar el movimiento en otra de sus piezas, donde las imágenes están quietas. Las hojas de una planta buscan los rayos del sol detrás de una cortina transparente manipulada por la brisa que nos imaginamos está entrando por la ventana abierta. Las imágenes de Muñoz rechazan la oscuridad, siguen sus tendencias naturales y buscan la luz. Muñoz utiliza puertas y ventanas para jugar con la idea de la luz y oscuridad.

“Ventanas y puertas representan la posibilidad de entrar y explorar otro espacio o mundo”, explicó Muñoz, a quien le gustaría continuar explorando con su arte utilizando diferentes tipos de pintura y aluminio para crear.

“Donde realmente me salí de mi área de comodidad fue en la exhibición ‘Claro y Oscuro’ en el Museo Nacional de Arte Mexicano porque intenté algo nuevo y la gente respondió muy bien. Fue por eso que me atreví a producir esta exhibición”, explicó Muñoz, cuya pieza, ‘Drifting Sun’ forma parte de la colección permanente del Museo Nacional de Arte Mexicano. Esta pintura estática representa el crecimiento de la carrera de la artista que tiene solo 10 años experimentando con pinturas.

Muñoz admite que decidió ir a la escuela para estudiar arte porque no sabía qué otra carrera perseguir y atribuye su éxito a su empeño y ética de trabajo. “Me llena el arte”, dijo Muñoz.

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