El costo de encarecer los créditos educativos

La clave al sueño americano en el siglo 21 comienza con una educación universitaria. Desafortunadamente, el costo de estudios superior continúa siendo cada vez más difícil de alcanzar para muchos estudiantes. Todos estamos de acuerdo que esta tendencia que tiene que ser revertida, sin embargo, si el Congreso no termina el estancamiento partidista y actúa pronto, los intereses en préstamos federales serán el doble para el 1º de julio.

Esto sería desastroso para los estudiantes de nuestra nación y para sus familias.

América es hogar de los mejores colegios y universidades en el mundo, y nuestros más preciados recursos naturales son nuestros estudiantes. Nuestra comunidad y colegios técnicos están preparando más estudiantes cada día con los habilidades que necesitan para los nuevos trabajos de nuestra nueva economía.

Si vamos a seguir manteniendo nuestro lado competitivo, innovador, educador, y construir la competencia global – son nuestros estudiantes quienes marcarán el camino en la creación de nuevas oportunidades económicas en lo que restablecemos nuestra economía.

Pero hoy, los adultos jóvenes sufren la mayor tasa de desempleo que nadie en América en 16.3%, casi el doble del promedio nacional.

Aquellos que tienen la suerte de conseguir un trabajo en este duro contexto de mercado están ganando menos que cualquier otro grupo de edad, con salarios que se en caída el 6% durante los cinco años pasados.

Aun, la deuda de préstamos a los estudiantes en los Estados Unidos ha llegado a $1 trillón de dólares, incluso más alto que la deuda de tarjetas de crédito. Quince millones de estudiantes se beneficiaron de la acción que el Congreso aprobó cinco años atrás para reducir las tasas de interés sobre préstamos Stafford cada año a una tasa baja y manejable de 3,4%

Ahora, el Congreso necesita actuar otra vez para evitar que los intereses se doblen al 6.8%. Si no actuamos, 7 millones de estudiantes pagaran un promedio de $845 más cada año en intereses acumulados, incluyendo más de 420,000 estudiantes en Nueva York quienes tendrían que pagar adicionalmente $340 millones empezando el 1º de julio. Eso es un extra de $6.3 billones en deuda en sólo un año.

Cuando privamos a nuestros jóvenes de una educación superior, todos pagamos el precio. Necesitamos jóvenes hoy en día que sean los siguientes que desarrollen grandes ideas que produzcan nuevos negocios, y alcance el próximo gran avance científico y mejora de vida para las generaciones venideras.

Eso comienza con hacer la educación universitaria más accesible.

Es tiempo de cambiar las reglas de préstamos para estudiantes que recompensen al trabajo duro y responsabilidad en vez del riesgo.

Todos sabemos las consecuencias que nos enfrentamos. No hay excusa para la inacción.

Así pues, en lugar de poner el destino de la capacidad de nuestros jóvenes de pagar el colegio y perseguir sus sueños en las manos de la política partidista, vamos a dar este paso sentido común hoy para mantener bajas las tasas de interés sobre préstamos estudiantiles.

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