Lesión trunca sueño de jinete mexicano

"No estoy triste porque lo más importante es la salud del caballo”, dijo esta tarde Mario Gutiérrez

Decenas de periodistas se dieron cita en la conferencia de prensa en que se reveló la noticia sobre "I'll Have Another", en Elmont, Nueva York.

Decenas de periodistas se dieron cita en la conferencia de prensa en que se reveló la noticia sobre "I'll Have Another", en Elmont, Nueva York. Crédito: EFE / Justin Lane

San Diego (California), 8 de Junio – Una lesión en su caballo, “I’ll Have Another”, ha truncado el sueño del jinete mexicano Mario Gutiérrez de convertirse en la primera dupla jinete-caballo en ganar la Triple Corona de la hípica estadounidense en 34 años, anunció hoy su entrenador Doug O’Neill.

Tras una visita al veterinario en Belmont Stakes, Nueva York, se determinó que el favorito para ganar la carrera en ese circuito tenía un tendón inflamado en una pata delantera, por lo que decidieron retirarlo de la competencia pese a que el caballo está, en general, en buen estado.

“Simplemente no vale la pena exponerlo a una lesión”, dijo O’Neill a Efe, con lo que por primera vez desde 1936 el ganador tanto del Derby de Kentucky y el Preakness Stakes de Baltimore, Maryland no competirá en Belmont.

Gutiérrez, de 25 años, y todavía impresionado con la noticia dijo a Efe que estará entrenando con caballos durante el día pero no está seguro ahora sobre cuál deberá ser su papel o cuál caballo montará durante la carrera.

“Cuando escuché la noticia estuve en estado de choque. Al principio no sabía si debía irme a casa. No estoy triste porque lo más importante es la salud del caballo. Es un animal muy especial y a él le debo mucho del éxito que hemos alcanzado”, dijo Gutiérrez.

O’Neill consideró que la noticia es tremendamente decepcionante para todo su equipo, y calificó la lesión como un incidente extraño, el principio de una tendinitis.

Sin embargo, dijo, hoy por la mañana “I’ll Have Another” lucía al 100%, por lo que pese a que potencialmente podría competir determinaron que lo mejor era no hacerlo.

Al retirar al caballo de la competencia y antes de sufrir una lesión mayor se preserva su valor como semental, lo que podría redituar al dueño millones de dólares.

Gutiérrez se había convertido en un fenómeno mediático debido a la historia de su éxito desde sus orígenes en un humilde rancho del estado mexicano de Veracruz, de donde emigró a la Ciudad de México, luego a la ciudad canadiense de Vancouver, y después al circuito hípico californiano.

“I’ll Have Another” se lastimó en la espinilla en el circuito de Hopeful Staks de Saratoga, Nueva York, en septiembre pasado, por lo que descansó el resto del año antes de volver a correr en febrero, donde la monta de Gutiérrez le hizo ganar la carrera del circuito Robert Lewis Stakes de Santa Anita, California.

“No es trágico, pero es una gran decepción. El caballo podría haber corrido ya su última carrera”, agregó O’Neill.

El circuito de Belmont Stakes, apodado “la prueba del campeón”, hubiese sido el de mayor dificultad para Gutiérrez y “I’ll Have Another” por su extensión, de 1.5 millas de distancia, mayor que el de Churchill Downs del Derby de Kentucky, y que ha frustrado también los intentos de los previos 11 caballos de ganar la Triple Corona.

Gutiérrez dijo que su victoria en el Derby de Kentucky le cambió la vida, al permitirle acceder con estabilidad de trabajo al mundo de la hípica tanto en California, al que calificó “como el mejor de EE.UU, con el más alto nivel de jinetes”, y otras carreras a nivel nacional.

Sin embargo, fue en Vancouver donde Gutiérrez proyectó su carrera de la mano del entrenador Troy Taylor y el dueño de caballos Glen Todd, quienes desde 2006 lo apoyaron para el aprendizaje del inglés, compartiendo su vivienda con él y alentándolo para dar el salto al circuito californiano.

La relación entre Gutiérrez y “I’ll Have Another”, dijo el jinete, fue especial desde el principio.

Señaló que la primera vez que lo montó, en el Hollywood Park, “pensé es buenísimo, tanto que temí que no me lo fueran a dar porque la gente no me conocía”.

El padre de Mario, del mismo nombre, también fue jinete de caballos en Veracruz, al cual de pequeño el ahora exitoso jinete “le cargaba la maleta con mucho orgullo, quería que la gente me viera y que dijera que era su hijo del jinete”.

La relación entre O’Neill y Gutiérrez se solidificó en el circuito de Hollywood Park de Los Angeles, donde el entrenador reconoció la confianza de Gutiérrez, la que aunada a su humildad le hicieron un candidato idóneo para soportar las presiones de un evento de carácter nacional.

La primera gran victoria de Gutiérrez en el Derby de Kentucky fue calificada de sorprendente porque fue la primera vez que corrió en el circuito, y porque apenas hace un año su nombre era poco conocido en el circuito de carreras.

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