¡Increíble!… Pierde ‘Pacman’

Timothy Bradley sí produjo la sorpresa que había prometido y derrotó por decisión dividida a Manny Pacquiao para coronarse campeón de los welters de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y dejar en vilo el futuro del legendario campeón filipino.

Manny Pacquiao intenta cubrirse el rostro ante el golpe de Timothy Bradley en el MGM de Las Vegas.

Manny Pacquiao intenta cubrirse el rostro ante el golpe de Timothy Bradley en el MGM de Las Vegas. Crédito: AP

LAS VEGAS.- Timothy Bradley sí produjo la sorpresa que había prometido y derrotó por decisión dividida a Manny Pacquiao para coronarse campeón de los welters de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y dejar en vilo el futuro del legendario campeón filipino.

No fue Bradley el rival que muchos esperaban, pero fue el que ganó el combate.

Sus limitaciones físicas y técnicas fueron obvias, pero tuvo oficio para resolver situaciones críticas y supo mantener a distancia al rival y redujo al mínimo el daño para convencer a los jueces, que le dieron la decisión.

Desde temprano, Bradley anunció que su pelea estaría basada en mantener alejado a Pacquiao con su jab, una estragegia que fue buena al menos dos asaltos, porque en el tercero ya el campeón filipino dictaba el combate.

Pacquiao hallaba la distancia muy rápido y Bradley tenía respeto por la pegada de su enemigo.

Pronto se supo que la pegada del californiano no tenía nada porque no podía detener a su rival que se arrimó más, y en el tercero conectó en serio dos combinaciones que hicieron tambalearse a Bradley.

En el quinto ya el retador no tenía un plan de pelea distinto a contragolpear.

Y cosa extraña, le costaba leer la guardia zurda cuando venían las combinaciones del filipino.

Arrancando el sexto, Bradley era uno muy distinto al de los tres primeros rounds, y en el cierre de ese asalto, cuando parecía que reaccionaba, “Pacman” penetró su guardia con un recto de zurda que le valió ese episodio.

Se aferraba Bradley a un factor que en el caso de Pacquiao difícilmente podría ser decisivo en el ring.

Esperaban él y su esquina que el filipino, apático durante la promoción del combate, no tuviera motivación o, peor que eso, que exhibiera un bajón considerable en sus facultades, y mermado físicamente, ganarle el combate.

Todo empezó a ser posible porque Pacquiao no remató como otra veces.

Falta de motivación. Fatiga. Cansancio. Pero cedió en los tramos finales de una pelea que dominaba y que recordó cuando Óscar de la Hoya perdió con Tito Trinidad.

Ya “Pacman” había sentido las manos de Bradley y no se detuvo porque no le temía y acaso le haya dado un respiro en el séptimo en el que apenas se tocaron en la mitad del ring.

En el noveno Bradley conectó firme y no dañó a su enemigo.

Ya no sólo no pegaba, sino que caminaba y las libras de más para pelear en welter lo tenian caminando el ring, pero extrañamente Pacquiao no parecía buscar el nocaut o sentía que Bradley no estaba listo para caer.

Con nueve asaltos en las cuentas, Bradley perdía en las tarjetas y debía salir a jugarse el resto y buscar el nocaut si queria ganar, sin embargo, en su actitud había más interés en acabar de pie que buscar la hombrada de atacar y vencer al filipino.

Si las 147 libras en el cuerpo de un superligero como Bradley tendrían algún efecto era hora de saberlo, y justamente cuando Pacquiao parecía mantener sus ventajas, Bradley empezó a pelear mejor. Tomaba un segundo aire.

Así pudo nivelar algo ganando el décimo, pero era más la inacción de “Pacman”, que el ímpetu de Bradley lo que explicaba ese momento del combate.

Luego, en el cierre, Pacquiao parecía maniatado, sin disparar sus combinaciones, y Bradley usaba su jab para mantener a distancia al campeón.

No hizo mucho más, pero le alcanzó y se quedó con el favor de los jueces que decidieron asi: 115-113 y 115-113 para Bradley y 113-115 para el campeón destronado.

Con esta derrota, Pacquiao deja su marca en 54-4-2 y 38 KO’s y Timothy Bradley lo deja en 29-0 con 12 KO’s.

La pelea entre el mexicano Jorge Arce y el puertorriqueño Jesús Rojas concluyó sin decisión en el segundo asalto, después de que el primero de ellos se vio indispuesto a seguir.

En esta contienda no había título en juego.

Randall Bailey (42-7, 37 KO’s) noqueó en el 11, acabó con el invicto de Mike Jones (26-1, 19 KO’s), y ganó el vacante título welter FIB; el monarca supergallo de la AMB, Guillermo el “Chacal” Rigondeaux (10-0, 8 KO’s), retuvo su cetro por nocaut en el quinto round ante el estadounidense Teon Kennedy (17-2-2, 7 KO’s).

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