Migrantes fuera del debate
Salvo algunas excepciones, el tema fue ignorado por los cuatro candidatos
GUADALAJARA, México.- Los candidatos presidenciales mexicanos minimizaron a los migrantes de México en Estados Unidos y prácticamente ignoraron a los centroamericanos que cruzan el país que han sido víctimas de asesinatos y abusos de todo tipo.
Durante el segundo y último debate que se llevó a cabo anoche en esta capital del estado de Jalisco, una de las regiones de mayor expulsión de mano de obra a Estados Unidos se estimó como tema de discusión el tema migratorio en un segundo bloque de discusión, pero pasó casi inadvertido.
La candidata del oficialista Partido Acción Nacional (PAN), Josefina Vázquez Mota, fue acaso la más precisa sobre los planes a futuro con los mexicanos en el exterior que han partido indocumentados de México.
“A ustedes los conozco, hemos caminado juntos en La Villita” dijo antes de prometer que dará a los paisanos la dirección de una subsecretaría del Migrante que dependerá de la Cancillería y ampliará el presupuesto del programa 3×1 para el desarrollo de las comunidades.
El resto de los políticos esquivaron el tema. Gabriel Quadri, del Partido Nueva Alianza (Panal) lo echó a un lado sin mención alguna; Andrés Manuel López Obrador de la coalición de izquierdas Movimiento Progresista prometió simplemente “una reforma migratoria”, pero no dijo más y el aspirante de la alianza Compromiso por México resumió el tema en 10 palabras: “atenderá a todos los mexicanos que viven en el exterior”, aunque recordó que hay seis millones sin papeles.
Los inmigrantes que cruzan el país víctimas de asesinatos, torturas, secuestros, violaciones sexuales y extorsiones no ocuparon ni un segundo la atención de los aspirantes, a excepción de Quadri que se pronunció porque “tengan absolutamente los mismos derechos de los mexicanos”, una situación que ya contempla la Ley de Migración, pero que no se aplica por falta de reglamento.
El encuentro organizado por el Instituto Federal Electoral tuvo otro tipo de prioridades enfocados más a las necesidades electorales de cada candidato.
Peña Nieto, puntero en las intenciones de voto, defendió su ventaja con propuestas de dádivas, argumentos comunes, cantinfleos e invirtió parte de sus intervenciones en defenderse de los señalamientos de Vázquez Mota, quien ha perdido terreno en los últimos días para colocarse en tercer lugar y fue la más agresiva de la jornada.
Reprochó a Peña Nieto que su partido se opusiera “a todas las reformas estructurales” que hubieran cambiado al país: la laboral, la política y la fiscal; a López Obrador, haberse afiliado al PRI después de la masacre de estudiantes en 1968 –orquestada desde el Estado- y componer el himno de ese instituto político en Tabasco.
Después fue contra Quadri, a quien reprochó representar los intereses de la familia de Elba Esther Gordillo, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), considerado uno de los más corruptos del país.
Todos negaron las acusaciones y contraatacaron. Peña Nieto y López Obrador no se maltrataron entre sí.
El candidato del Movimiento Progresista dedicó la mayor parte de sus intervenciones en exponer su proyecto de gobierno: prometió crear 1,200,000 empleos anuales “eliminando” los privilegios fiscales “que los ricos paguen más y los pobres menos impuestos” y a través de canalizar los recursos de la corrupción y la alta nómina de los burócratas.
Vázquez Mota prometió “una reforma política ya”: eliminar el fuero, quitar las legislaturas de representación proporcional o plurinominales y reelección de legisladores y alcaldes.
Las propuestas más vanguardistas vinieron de Quadri: propuso apoyar las uniones homosexuales y retó a sus contrincantes a hacerlo abiertamente, pero no hubo respuestas; impulsó un tratado de Libre Comercio con China y dar a los ciudadanos la fiscalización de los servidores públicos que actualmente se encuentra en manos del Ejecutivo y el Congreso.
Peña Nieto prometió eliminar 100 diputados y 32 senadores para lograr desde el consejo mayor . Reformas estructurales como la energética. Vales de medicinas y una reforma laboral que permita la mayor contratación de jóvenes.
Entre los analistas políticos privó la idea de que los candidatos salieron a decir lo mismo que han venido repitiendo, salvo algunas variantes casi insignificantes.
En el caso de Enrique Peña Nieto, este dedicó la mayor parte de su tiempo a reiterar las propuestas que ya había hecho. No se salió de su guión y evitó a toda costa entrar en debate con Josefina Vázquez Mota.
Andrés Manuel López Obrador, fue el que quizá aprovechó mejor el debate, ya que utilizó casi todo su discurso a los indecisos, a los que no han decidido por quien van a votar, o incluso, hacia aquellos que en un momento dado podrían cambiar su intención de voto. Obrador, consciente de su ascenso en las encuestas celebradas en las últimas semanas, también evitó la confrontación con Peña Nieto, y evadió muchos de los intentos de la panista, para que entrara a la confrontación.
En el caso de Josefina Vázquez Mota, tal vez lo más evidente fue que asumió su papel de tercer lugar, y dedicó a atacar a sus oponentes.