Giraldo en 3 y 2: El impacto de Dodgers ya no es casualidad
SUERTE DE PRINCIPIANTE… flor de un día. Así definimos algunos el inicio de Don Mattingly al frente de Dodgers cuando se fue Joe Torre. Con el agua que caía entonces, con la organización hundida en las desgracias del olvidable Frank Mc Court, pocos esperaban algo de Dodgers que se regocijaban con el cierre de temporada fantástico de Matt Kemp y Clayton Kershaw.
Lo que parecía obvio era una temporada de ajuste bajo los nuevos dueños. Luego en el vecindario los Angels gastaron una millonada para traer a Albert Pujols y los reflectores se fueron hasta el vecindario de Mickey Mouse.
Era obvio para todos pero no para Mattingly que tenía en su agenda la reconstrucción de Dodgers.
Y sí, parecía suerte de principiante.
Pero tras un mes con los de Dodgertown como líderes divisionales, esperaban a que se cayeran pero nada de eso… pasaron a jugar para .700 y se tomaron la mejor marca del beisbol.
Hoy, camino al “Juego de Estrellas”, los Dodgers, con Matt Kemp en lista de lesionados y Clayton Kershaw por debajo de sus posibilidades, siguen con la mejor marca de toda la pelota, antes de la serie de tres juegos que empezó anoche contra los Angels.
Mucho de este impresionante (39 -22) que tienen ahora se debe al manejo de Mattingly, que sin estrellas y -disculpe usted- con muchos jugadores sobrantes de otras partes, ha hecho un equipo pleno de compromiso que tiene varios formas de ganar juegos.
Un (39-22) que los trae jugando para .639, que es lo mismo que decir que de cada 100 juegos ganan 63.
Baste decir que el sueño de cualquier equipo es jugar para .600 y vale agregar que de los 30 equipos del beisbol sólo uno mas, los Nacionales de Washington promedian arriba de .600.
Cuando un equipo juega para .610 y gana 100 partidos, eso cada vez es menos corriente en la competencia de este tiempo.
Todo el crédito para Don Mattingly, que puede hacer ganador a un equipo sin gastar mucho.
En estos tres días mientras disfrutamos la “Freeway Series” tenemos la oportunidad de ver a los resucitados Angels de Mike Scioscia, que con las arcas repletas de millones les ha costado meterse en lo alto de la División Oeste. Y estarán Pujols, Weaver, Hunter, CJ Wilson, Trumbo y demás estrellas de los Serafines, ya no para examinar a los Dodgers sino para ser examinados por la gente de Dodgertown.
Es verdad que salvo Kershaw, Capuano, Kemp (lesionado) y acaso Abreu, la mayoría de los nombres de estos muchachos no dicen nada, si se comparan hombre a hombre con el poderoso trabuco de Anaheim. Pero mire la paradoja, los nombres de más fama son unos, pero los que ganan son otros.
Por eso Don Mattingly, aunque parece temprano, ya es candidato de muchos a convertirse en “Mánager del Año”.
GRAFITTI: “Bobby Abréu no debe repudiar a Mike Scioscia por correrlo de Angels… debe darle las gracias porque así pudo llegar a Dodgers y probar qué sí podía jugar todos los días”.
Luego la seguimos.