Guerra a las arrugas: del bótox a la terapia celular
“Este tratamiento es muy aceptado por las latinas porque es muy natural y no aparecen hinchadas", comentan sobre la inyección de colagenoblastos.
Miami, 28 de Junio.- La batalla contra el envejecimiento continúa, más allá del bótox, con un nuevo tratamiento estético denominado Laviv que promete disimular las arrugas del rostro a base de inyectar células de la propia piel del paciente.
Se trata de la primera terapia celular aplicada en Estados Unidos para suavizar o mejorar la apariencia de las arrugas de la expresión facial, concretamente las marcadas en el pliegue nasolabial (las líneas de la sonrisa) en adultos.
Frente a la ya mítica toxina botulínica -popularmente conocida como bótox-, este revolucionario tratamiento médico-estético evita el uso de toxinas o material sintético para el “lifting” de las arrugas de la expresión facial. Y sin pasar por el quirófano.
Aprobado para su comercialización en 2011 por la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA, por su sigla en inglés) de EE.UU., este tratamiento ha despertado una elevada expectación, tanto en médicos como en pacientes.
De momento, su aplicación está restringida a la zona de arrugas nasolabiales; mientras que la toxina botulínica se aplica a todas las zonas faciales. Eso sí, son muchas las personas, sobre todo actrices, que se han enredado en los excesos del bótox y perdido las expresiones naturales del rostro.
Por ello, el tratamiento con Laviv, fabricado por la compañía Fibrocell Science, es muy indicado para conservar la “expresión natural del rostro y lucir bien y más joven, sin rastro de intervención”, dijo a Efe Julio F. Gallo, cirujano plástico facial.
Gallo, que aplica esta técnica en su clínica de Miami (Florida), aseguró que Laviv resulta un tratamiento “muy natural, eficaz y seguro”, aunque para las “líneas muy marcadas, profundas, de la sonrisa no es quizá el más adecuado”.
Otra ventaja de este tratamiento facial es su poder regenerador de la piel, ya que “no sólo elimina las arrugas sino que afecta también a las células y al tejido de la piel”, al que devuelve un aspecto saludable y rejuvenecido, “más luminoso y con más vitalidad”, destacó.
“Es el primer tratamiento celular estético aprobado por la FDA y no existe en el mercado nada parecido, natural e innovador que elimine los riesgos alérgicos y efectos secundarios”, explicó Gallo, licenciado en Medicina por la Universidad de Chicago.
El proceso de aplicación de Laviv consta de tres pasos. En una primera sesión de cinco minutos se toma una pequeña muestra de piel de paciente (detrás de la oreja) y se envía al laboratorio de Fibrocell Science en Pensilvania. Allí se aplica una técnica de crecimiento celular hasta obtener millones de células que se congelan para su posterior aplicación.
El paso final consiste en la inyección de los colagenoblastos (responsables de la producción de colágeno) cultivados en el laboratorio en las arrugas del paciente, tres meses después de la extracción de tejido de piel.
La aplicación de las inyecciones dura aproximadamente un mes y se realiza en tres sesiones con un lapso de tiempo entre cada una. “Después de la segunda sesión se empiezan a notar los efectos del tratamiento”, cuyo coste final ronda los 3.000 dólares, comentó el cirujano.
Los efectos visibles del Laviv duran al menos seis meses y, en contraste con el bótox, rejuvenece el tejido de la piel sin “paralizar el músculo”.
Gallo resaltó el alto grado de satisfacción de los pacientes a los que ha practicado este tratamiento facial que, combinado con la aplicación del bótox en “la parte superior (frente,entrecejo y patas de gallo)”, “hace que el paciente luzca mejor”,
Confesó que muchas de sus pacientes son latinas, una mujer que valora mucho la belleza y “le gusta la idea de mantenerse joven y refrescada”, por lo que es muy receptiva a tratamientos como el de esta terapia celular para las arrugas.
“Este tratamiento es muy aceptado por las latinas porque es muy natural y no aparecen hinchadas, sino que se ven mejor. Las pacientes cuentan que sus amigas las ven fabulosas”, comentó Gallo, director médico del Miami Institute for Age Management and Intervention.