Los aficionados

Resulta incomprensible que 24 años después la izquierda siga incapaz de organizarse para combatir y documentar irregularidades bastante predecibles

Las 638 cuartillas del juicio de inconformidad presentado por el Movimiento Progresista reflejan una elección manchada y unos partidos de izquierda que reinciden en la improvisación.

Hace años un abogado litigante, Rodolfo Gómez Alcalá, sintetizó en una frase los principales ingredientes de un juicio: “Una cosa es tener la razón, otra saberla alegar jurídicamente y otra que los jueces te quieran dar la razón”. Para alzarse con una victoria legal hace falta voluntad, suerte, conocimientos jurídicos e información sólida como el acero.

El Movimiento Progresista presentó hace días ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación un recurso pidiendo la anulación de los comicios presidenciales. El escrito está bien razonado jurídicamente y los documentos de respaldo son el espejo de una elección viciada. Desconozco si satisfacen las exigencias de los siete jueces que tomarán la decisión; estoy convencido de que la impugnación pudo haber tenido información mucho más sólida si se hubieran preparado mejor.

Nuestra izquierda partidista actúa como si hubiera hecho votos de improvisación y desorganización. Sustento el juicio con la parcialidad de las televisoras a favor de Enrique Peña Nieto. El 23 de octubre de 2005 Jenaro Villamil informó en Proceso sobre el acuerdo mercantil entre la televisora y el entonces gobernador del Estado de México. En los siete años que han pasado desde entonces las izquierdas nunca crearon la unidad que fuera documentando, con validez jurídica, la parcialidad de las televisoras que iban denunciando en discursos y proclamas.

En la impugnación se demuestra la irregularidad de esos siete años con una investigación que ordenara el equipo de AMLO a una empresa con sede en Pune, India. La SG Research Analytics revisó entre 2005 y 2011 el trato dado a Peña Nieto por los canales 2 y 5 de Televisa pero sólo comparó entre abril de 2008 y junio de 2009 la cobertura concedida a López Obrador y a Enrique Peña Nieto. Luego comentaré este curioso estudio que es el único aporte propio del Movimiento Progresista al tema de la parcialidad de las televisoras.

Las otras 23 evidencias presentadas ante el Tribunal son muy heterogéneas. Trae cinco reportajes de Reforma, tres de The Guardian, uno de Proceso y una entrevista realizada por Carmen Aristegui para MVS Radio. También incluyen cables de WikiLeaks publicados por La Jornada en los cuales la representación diplomática estadounidense reconoce la parcialidad de la televisora que el Movimiento Progresista pudo haber demostrado de otras maneras.

La izquierda no investiga ni en defensa propia. El 12 de julio Andrés Manuel López Obrador pronunció un discurso sobre la evolución de la campaña. Recordó que el jueves 31 de mayo, el periódico Reforma difundió una encuesta que lo separaba cuatro puntos de Peña Nieto. El tabasqueño está convencido de que fue en ese momento que “iniciaron la guerra sucia” contra él. La hipótesis de un junio negro es plausible (y predecible) pero ningún partido de izquierda la demostró. De hecho, la única investigación de peso presentada por el Movimiento Progresista fue el gasto hecho por el gobierno priista de Zacatecas.

El coordinador de la campaña de López Obrador, Ricardo Monreal, reconoció el 12 de julio que “las pruebas [utilizadas en la impugnación], en su gran mayoría, son de ciudadanos que nos las han aportado”. El trabajo voluntario de ciudadanos pudo haber rendido muchos más frutos si hubieran utilizado una misma metodología. Esa heterogeneidad se observa en los 28 vídeos de ciudadanos que presenta el Movimiento ante el Tribunal para demostrar la compra de votos. Lo ideal hubiera sido establecer patrones nacionales, por ejemplo, en los 598 establecimientos que Soriana tiene en todo el país.

Considero correcto criticar al Movimiento Progresista en estos momentos porque la izquierda moderna nace del fraude de 1988 y me resulta incomprensible que 24 años después sigan siendo incapaces de organizarse para combatir y documentar irregularidades bastante predecibles. El 8 de febrero López Obrador solicitó al Consejo General del IFE diversas medidas para contribuir a la equidad. Recomendó al IFE nombrar una “comisión temporal” para mejorar la equidad de los “espacios noticiosos” cuando ellos hubieran podido hacer los estudios que se requerían. México tiene capacidad de investigación instalada y este año los partidos de izquierda recibieron 893 millones de dinero federal y unos 300 millones (estimación provisional y gruesa) de las entidades.

Este 2012 el Tribunal debe dar certidumbre democrática a la elección (lo que hizo en el 2006 fue vergonzoso). Como votante de izquierda también espero que los partidos de esa corriente sustenten recursos jurídicos con evidencia sólida. Ya basta de improvisaciones y novatadas; es tiempo de que dejen de actuar como aficionados.

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