Cuestionan a universidades
Latinos contribuyen en gran medida con estas entidades
WASHINGTON, D.C.- Simplemente no pudo seguir. Laura Brozek trabajó siete años para ITT Technical Institute en California. Luego de una carrera ascendente en el campo del reclutamiento de alumnos, la falta de respuestas y la realidad de los estudiantes, le impidieron continuar. Una que afecta particularmente a los hispanos, de acuerdo a un nuevo reporte presentado, ayer, por el Congreso.
“Las evaluaciones se basaban sólo en el número de estudiantes que eran reclutados, pero no en su desempeño, ni en su permanencia en el programa”, recordó Brozek. “Traseros para las clases, era una frase comúnmente usada”, aseguró.
La exreclutadora incluso recordó que en un entrenamiento pagado por ITT, le enfatizaron que debía tratar de evadir el tema de empleos y salario inicial, tras terminar los cursos.
Brozek era parte de una industria, que de acuerdo a un nuevo reporte del Congreso, se llevó 32 mil en fondos federales en el año escolar 2009-2010. Tras un trabajo de dos años, el presidente del Comité de Educación del Senado, Tom Harkin (D-IA), presentó ayer, los resultados, donde se constató que más de la mitad de los estudiantes que se inscribieron entre 2008 y 2009, no obtuvieron sus diplomas.
El estudio incluyó 30 establecimientos en las principales ciudades del país, cinco de ellos en California. Bridgepoint Education Inc, Corinthian Colleges, inc, Henley Putnam University, TUI Learning LLC y American Career College, Inc.
En 2001 el número de estudiantes inscritos en establecimientos con fines de lucro llegaba a 765,701, una cifra que en 2010, alcanzó 2,425,945. En comparación con las entidades públicas, estos centros cobran cerca de 15 mil dólares extra por sus programas de certificados y alrededor de 27 mil más por programas de pregrado.
“El Congreso ha fallado en vigilar a esta industria”, dijo Harkin. “Los estudiantes no tradicionales son los más afectadas y necesitamos proveerles un sistema que realmente funcione para ellos”, comentó.
De acuerdo al reporte, el éxito de estos centros, está en sus esfuerzos de reclutamiento, pero no en la calidad educativa que entregan. De las 30 compañías examinadas, 22.4% de todas sus ganancias en el año fiscal 2009, es decir, 4,100 millones, fueron destinados a marketing, publicidad, reclutamiento y personal de admisiones.
“Muchos establecimientos con fines de lucro fallan en realizar las inversiones necesarias en servicios de apoyo estudiantiles […], en 2010 los centros examinados emplearon a 35,202 reclutadores, en comparación con 3,512 en personal para asesorías de carreras y 12,452 en servicios de apoyo a los alumnos”, detalló el documento.
“Los latinos son los primeros en perseguir el sueño americano. Creen verdaderamente que con la educación se puede avanzar. Muchos de ellos son los primeros en entrar a la universidad y no están familiarizados con el sistema educacional. Están desprotegidos y caen con instituciones que les ofrecen programas que no les servirán o que no les ofrecen la calidad esperada”, explicó Amy Wilkins, vocera de The Education Trust.
Uno de los principales atractivos para reclutar estudiantes hispanos son las becas Pell. Actualmente más de un millón de estudiantes latinos reciben esta ayuda, constituyéndose en el 14% de los alumnos con acceso a este beneficio.
En 2001 las universidades con fines de lucro percibían 1,100 millones por concepto de becas Pell, pero en el año escolar 2009-2010, la cifra llegó a los 7,500 millones. “Los resultados de los estudiantes, documentados en esta investigación, imponen serias dudas respecto al valor y la sostenibilidad de la inversión hecha a través de las becas Pell”, especificó el reporte.
La mayor consecuencia para los estudiantes que se retiran de las entidades con fines de lucro son las deudas. De acuerdo al Departamento de Educación, 96% de ellos adquieren préstamos, de los cuáles les es imposible escapar.
Mientras la Asociación de Universidades del Sector Privado, calificó el informe como una medida ideológica, en lugar de mostrar hechos, legisladores en el Congreso reconocieron que, al menos, este año es casi imposible lograr avances en esta área, considerando el poco tiempo en el calendario de trabajo legislativo. Sin embargo, aseguraron que están esperanzados en lo que se pueda lograr el próximo año.