Una apuesta conservadora

Con esta elección Mitt Romney busca atraer al sector más conservador

El candidato por el partido republicano a vicepresidente, Paul Ryan.

El candidato por el partido republicano a vicepresidente, Paul Ryan. Crédito: AP / Mary Altaffer

La selección del congresista Paul Ryan como compañero de fórmula presidencial del exgobernador Mitt Romney es una apuesta a la estrategia de movilizar el voto conservador.

Esta selección es clave para comprender la estrategia política del virtual candidato presidencial republicano, como lo es también para comprender las opciones que dejo de lado. Por ejemplo pudo haber elegido al senador Marco Rubio con la esperanza que lo ayude con el voto latino y en el estado de Florida o el congresista Robert Portman lo podría haber ayudado en la captura de Ohio, un estado indispensable para llegar a la Casa Blanca.

Había aun más posibilidades y más escenarios con distintos nombres, pero el elegido fue el legislador de Wisconsin que sobresale por su pasión en asuntos de presupuesto y por ser uno de los favoritos de los integrantes del Tea Party.

El anuncio de la designación llega en un momento difícil de la campaña de Romney en que, según las encuestas, el candidato no logra ni el entusiasmo de la base partidaria ni le está ganando terreno al presidente Barack Obama entre el voto independiente.

La designación de Ryan como virtual candidado a la vicepresidencia vuelca la balanza hacia una estrategia netamente conservadora. La idea central es convencer a los más conservadores, para los cuales Romney es demasiado moderado, que salgan a votar en noviembre a favor de uno de los suyos, además de hacerlo en contra de Obama.

Al mismo tiempo, reafirma la importancia central que la campaña de Romney da al tema del déficit de presupuesto y a la reducción del gobierno federal.

El énfasis de Ryan en estos temas le ha ganado una excelente reputación en círculos conservadores por su labor presidiendo el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes y con los controvertidos planes de gastos que ha presentado.

Ese mismo fervor, pero antagónico, es el que sienten los demócratas hacia Ryan. Los legisladores federales y la Casa Blanca han criticado duramente esos mismos presupuestos por contener mayores recortes de impuestos a los más pudientes, al mismo tiempo que cambia drásticamente los programas de Medicare y Seguro Social, reduciendo las garantías que estos ofrecen hoy.

Se anticipa que la designación de Ryan levantará la campaña republicana de camino hacia la Convención Nacional que nominará oficialmente a la fórmula Romney-Ryan. Habrá que ver si la presencia del congresista es suficiente para avanzar la posibilidad de Romney a la Casa Blanca.

Ryan es un legislador joven, cuyo perfil supuestamente ayudará con el votante blanco trabajador tan necesario para los republicanos. Tiene fama de ser un buen orador, condición necesaria para ese puesto, ya que el compañero de formula es el que suele atacar al rival. Esto permite al candidato a la presidencia ser más positivo en su mensaje.

Los conservadores están muy entusiasmados porque ven que con Ryan hay una posibilidad de un debate real de ideas sobre la economía, los impuestos y los cambios en Medicare y Seguro Social. Sin embargo, es discutible que la conversación de estas propuestas tengan el efecto deseado, ya que estas tienen muchas vulnerabilidades para ser explotadas por los demócratas durante los últimos meses de campaña.

Por último, está la pregunta obligada para toda persona nominada a la vicepresidencia: ¿Está capacitada para tomar las riendas de la nación en caso de indisposición del presidente?

Los analistas dicen que la respuesta negativa a esta pregunta es la que contribuyó en gran parte la derrota del senador John McCain ante Obama en 2008 al elegir a la ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin, como compañera de fórmula.

No obstante, es discutible el impacto que pueda tener el compañero de formula en la carrera presidencial. También se dice que la selección de vicepresidente es el primer acto presidencial de un aspirante a la Casa Blanca.

Lo único cierto es que Romney, con la selección de Ryan, decidió la estrategia, además de reafirmar cuales serán las prioridades que presentará a los votantes de hoy hasta noviembre.

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