Tener un día de enfermedad pagado no es un lujo

Todo el que es padre conoce el temor de levantarse y encontrar que su hijo tiene gripe. O recibir la llamada de un maestro diciendo que su hijo tiene mucha tos y necesita que lo recojan inmediatamente.

Ante esas situaciones, no hay duda: Hay que estar estar allí para nuestros hijos. Y algunos nosotros podemos hacerlo. Pero para más de un millón de neoyorquinos que trabajan sin el beneficio de días pagados de enfermedad, esa eventualidad normal en cada familia puede costarle el salario de ese día y hasta el empleo.

Trabajar en estas condiciones es malo para la ciudad. Los padres deben cuidar a sus hijos cuando estén enfermos, por el bien no sólo de ellos, sino de escuelas, hospitales, y negocios. Pero en vez de promocionar la buena crianza como la mejor póliza, tenemos un sistema que hace exactamente lo opuesto.

Hay un movimiento cobrando fuerza por todo el país y aquí en la Ciudad de Nueva York para asegurar que los padres tengan baja por enfermedad pagada cuando la necesiten.

Pero el Alcalde Bloomberg y la Presidenta del Concejo Christine Quinn están frenando la legislación que aseguraría este beneficio básico a más trabajadores, obstruyendo su votación en el Concejo Municipal, donde si no fuera por ellos, sería aprobada fácilmente.

Instalar estándares básicos para que empleadores den a sus empleados un número razonable de días de enfermedad pagados es una respuesta inteligente a los tiempos en que vivimos.

Esta legislación es especialmente necesaria en una ciudad tan cara donde Nueva York, sobre todo en medio de un alto desempleo que afecta más a los latinos que a otros grupos.

Aunque el gobierno no puede resolverles todos sus problemas, la Ciudad tiene oportunidad de ayudar a más de un millón de familias de bajos ingresos. Según el Departamento de Estadística Laboral, dos tercios de trabajadores en los grupos de ingresos más bajos no tienen ningún día de baja por enfermedad pagada. Estos son precisamente los trabajadores que más peligro corren de perder su trabajo si pierden un día o un turno.

Esta no es la manera de respetar el trabajo o apoyar a familias. Y al fin y al cabo, es contraproducente para nuestra economía, porque afecta el rendimiento laboral, aumenta la tasa de rotación de empleados e incrementa los costos médicos porque la gente espera hasta tener enfermedades crónicas para ir a la sala de emergencia.

Las experiencias de otras ciudades y estados han enseñado que una ley modesta de Baja por Enfermedad Pagada reduce los costos asociados con todos estos problemas y paga por sí misma a largo plazo.

En San Francisco, donde han tenido esta ley desde 2007, dos tercios de los negocios apoyan esta medida según encuestas conducidas por el Instituto Para la Investigación de Pólizas de Mujeres. El ayudar a negocios pequeños retener y crear trabajos necesita ser una prioridad con cualquier ley que sea aprobada, pero la experiencia dice que existe espacio para ayudar a ambos padres trabajadores y a nuestra economía. La legislación de Baja por Enfermedad Pagada no impide el crecimiento de negocios en nuestra ciudad -crea un campo de trabajadores suficientemente sanos y competentes que puede construir una Ciudad de Nueva York más fuerte.

Podemos empezar un ciclo virtuoso aquí: ayudar los padres a criar hijos más saludables y a trabajar productivamente, lo que a cambio ayude a los negocios a mejorar y las comunidades a prosperar. El Alcalde Bloomberg y la Presidenta del Concejo Quinn necesitan dar a los padres que trabajan la flexibilidad para estar allí cuando sus hijos los necesitan. Traigan la legislación al foro del Concejo para votación.

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