Retumba el grito de Tarzán

Max Thomas,  lanza el  famoso grito de la selva.

Max Thomas, lanza el famoso grito de la selva. Crédito: EFE

Los Ángeles – Con más entusiasmo que afinación, algo de ronquera y algún gallo, los seguidores de Tarzán festejaron su centenario invocando su famosa llamada de la selva, la misma que popularizó Johnny Weissmuller en la década de 1930 y con la que reclaman a gritos la vigencia de su héroe.

En un hotel de Los Ángeles, entre una jungla de asfalto y palmeras ornamentales, se celebró el concurso anual de alaridos de Tarzán, uno de los momentos más destacados de la convención “Dum Dum” que año tras año reúne a los fanáticos del personaje más conocido de los creados por el novelista Edgar Rice Burroughs.

Más allá de la calidad del sonido, el modesto evento simbolizó una llamada de atención de quienes se resisten a que el paso del tiempo silencie el legado del hombre criado entre monos y ataviado con un simple taparrabos de piel, que se movía de liana en liana.

“Él era esencialmente un guerrero ecologista. Quería proteger los árboles, los animales, cosas que nos damos cuenta ahora que son importantes, como el calentamiento global, que no habrían pasado si Tarzán fuera el rey”, dijo el nieto del autor, John Burroughs.

A sus 70 años, John Burroughs recuerda cómo aprendió a leer con las historias de su temperamental abuelo quien llegó a cansarse del hombre mono, que era lo que le demandaba el público y las editoriales, y de soportar las acusaciones de los críticos.

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