Centros de salud en Ohio atienden a jornaleros inmigrantes
Inmigrantes que son trabajadores agrícolas asisten a clínicas móviles.
WOODVILLE, Ohio.- Durante una noche reciente, los trabajadores agrícolas inmigrantes salían de los campos de pepinos en la granja Liskai para visitar clínicas móviles de salud montadas frente a las filas de pequeñas casas blancas donde viven durante su estancia en Ohio.
La granja Liskai, en el extremo sur de Woodville, es uno de los seis campamentos para trabajadores agrícolas en el noroeste de Ohio que la clínica móvil de salud para familias inmigrantes visitó durante seis martes durante los últimos meses.
Las clínicas móviles fueron montadas por el Farm Labor Organizing Committee en Toledo (Comité Organizador de Trabajadores Agrícolas, FLOC por sus siglas en inglés) y por la Campaign for Migrant Worker Justice (Campaña para la Justicia a Trabajadores Inmigrantes) con el objetivo de ofrecer atención médica a un grupo que suele ser pasado por alto.
“La clínica móvil de salud ha llenado en verdad un vacío de atención médica que existía para los trabajadores inmigrantes”, dijo Baldemar Velásquez, presidente y fundador de FLOC.
En 2006, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos calculó que sólo 9% de los trabajadores agrícolas inmigrantes en el país tenían seguro médico.
El Hospital Mercy St. Charles, el Proyecto Ryan White en el Centro Médico de la Universidad de Toledo (antiguo Colegio de Medicina del Hospital de Ohio), la Clínica Médica Gratuita de Perrysburg Heights, además de las organizaciones Prevent Blindness, Food for Thought, Church of the Cross, y Promedica, han hecho posibles las clínica móviles de salud.
La estaciones exteriores agrupadas en torno a la camioneta del Mercy ofrecen terapia física, prueba del VIH y de la vista, y exámenes de salud básico. Una de las tiendas de campaña funciona como consultorio de dentista. La propia camioneta está dividida en dos cuartos para examinación, donde los pacientes reciben consultas privadas y pueden ver a un ginecobstetra.
“Muchas de estas personas no han visto a un médico nunca. Sacamos el esfingomanómetro (aparato para medir la presión arterial), y no tienen idea de qué estamos haciendo. Sacamos el termómetro y no saben ponérselo debajo de la lengua”, dijo Luis Espinoza, enfermero del Centro Médico de UT que ha trabajado en la clínica móvil de salud desde que empezó el proyecto hace 17 años.
Unos 14 mil trabajadores agrícolas inmigrantes viajan a Ohio cada verano para la cosecha, según la Comisión de Asuntos Latinos del estado.
Las clínicas son atendidas por tres o cuatro médicos que usualmente ven a personas con diabetes sin controlar o infecciones de la piel causadas por la exposición a alergénicos o pesticidas en los campos.
Sin embargo, en ocasiones descubren problemas más serios que requieren cirugía.
“La falta de seguro médico y de fluidez en el idioma inglés, junto con problemas de transportación se acumulan para dificultar la atención médica para la población de trabajadores inmigrantes”, dijo Richard Paat, internista con consultorio en Maumee, que ha trabajado en misiones médicas en Nicaragua, Guatemala y Tanzania, y que decidió participar en este proyecto hace cuatro años cuando lo invitó la clínica móvil.
Los inmigrantes sin permiso para estar en el país suelen enfrentar otros problemas para poder recibir la atención médica que requieren.
Sin embargo, los trabajadores van a una clínica cuando son montadas frente a sus propias casas.
“Nos dimos cuenta que teníamos que ir a los campamentos”, dijo Espinoza. “Hay una barrera del lenguaje, están muy aislados y trabajan mucho, del alba al ocaso. Por eso, nosotros debemos encontrarlos a ellos”, agregó.