Abusan de ellos: estudio
Los resultados del estudio revelan que la mayoría de estos trabajadores gana por debajo del salario mínimo
CHICAGO, Illinois (EFE).- Los lavadores de autos en Chicago son en su gran mayoría inmigrantes latinos víctimas de violaciones laborales y de robo de salarios, que viven de propinas y en la pobreza, según un reciente estudio divulgado por la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign.
El estudio denominado “Autos limpios, trabajo sucio” fue realizado por la escuela de Relaciones Laborales y Empleo de la universidad y recopila datos e historias con experiencias de casi un tercio de los trabajadores del 70% de las empresas que realizan el servicio.
Fueron encuestados 204 empleados de 57 empresas de lavado de autos, todos hombres con una edad promedio de 34 años, niveles mínimos de comprensión del inglés y, en su mayoría, procedentes de México.
El resto de los inmigrantes consultados procedía de Honduras, Guatemala, El Salvador, Colombia, Venezuela y Ecuador, con una permanencia promedio en Estados Unidos de 12 años.
Los resultados del estudio, divulgado el viernes, revelaron que la mayoría gana por debajo del salario mínimo, que en Illinois es de 8.25 dólares por hora, trabajan más de 40 horas semanales sin pago de tiempo extra y, en muchos casos, la propina la dividen con los patrones.
Los trabajadores de lavado de autos viven en la pobreza, con ingresos inferiores al nivel federal de pobreza extrema y, según el estudio, pierden casi una tercera parte de sus ingresos anuales por robo de sueldos realizados por los empleadores.
“La pregunta a responder es si las condiciones de trabajo de explotación son practicadas por unas pocas ‘manzanas podridas’ o si estos estándares son la norma en toda la industria local”, dijo el profesor Robert Bruno, director de la escuela, en la presentación del trabajo.
“El robo de salarios y el trabajo peligroso perjudica a trabajadores de Chicago y a sus familias y afecta negativamente a las comunidades locales”, agregó.
El estudio señala que el lavado de autos es una industria pujante que opera todo el año en la ciudad, “tanto en los meses sofocantes del verano como en los meses de crudo invierno, cargados de sal”.
Se calcula que en Chicago hay entre 80 y 200 empresas de lavado de autos que emplean a unas 640 personas. A nivel nacional se calcula que hay entre 15 mil y 22 mil establecimientos con más de 500 mil trabajadores y una facturación anual de seis mil millones de dólares.
El estudio señala otras violaciones laborales que tienen que ver con las normas de higiene y seguridad, como no proveer equipo personal de protección contra los riesgos, no notificar los peligros del lugar de empleo y los posibles efectos nocivos para la salud, no ofrecer agua potable limpia y gratuita y no proveer un área protegida para los descansos y las comidas.
Más de la mitad de los encuestados sufrió cortes en el trabajo, más del 40 % sufrió erupciones cutáneas y más de un tercio experimentó náuseas o mareos por el uso de los productos químicos utilizados en la limpieza.
“Literalmente, este trabajo está matando a esta gente para enriquecer a sus empleadores”, dijo Bruno.
“Supuestamente este es un país de oportunidades, pero les aseguro que el sueño americano es difícil de lograr”, dijo el mexicano Martín Cervantes, en uno de los testimonios incluidos en el informe.
“A veces llueve o es un mal día y te vas a casa sin el dinero suficiente para comprar comida, pagar cuentas o para enviar a tu familia”, señaló.
Por su parte, el salvadoreño Oscar Olivares se quejó del tratamiento inhumano que reciben los trabajadores, “como si fuéramos animales”.
El estudio recomienda la creación de una comisión especial para monitorear la industria de lavado de autos en Illinois y “combatir violaciones laborales que son endémicas”.
Asimismo, apoyar los esfuerzos para educar a los trabajadores sobre sus derechos laborales, incluyendo entrenamiento sobre salud y seguridad.
El grupo Arise Chicago ha iniciado una campaña para mejorar las condiciones de trabajo de los llamados “carwasheros”, que incluye organizarlos sindicalmente para luchar por sus derechos mediante boicots y protestas.