Diabetes: enemiga de la virilidad

Este mal es uno de los causantes de la impotencia

Nueva York – Noviembre es el Mes de la Diabetes en Estados Unidos y, cada vez que hablamos de esta enfermedad, que es muy común entre los hispanos, nos referimos a las graves complicaciones que la misma puede causar en la salud de los pacientes que no la tienen bajo control.

Enfermedades cardíacas y derrame cerebral, complicaciones en la vista y ceguera, deficiencia renal, neuropatía y daño en los nervios, problemas en la piel, daños en los pies y amputaciones, son los riesgos más comunes asociados a la diabetes crónica.

Sin embargo, existe otra seria complicación que sufren muchos hombres diabéticos y de la cual poco se habla: la impotencia o disfunción eréctil (DE).

De acuerdo a estudios médicos, la incidencia de impotencia en hombres diabéticos es dos a cinco veces más alta que la media general, en especial en los de edad avanzada. A los 70 años, más de 50% de los diabéticos sufre impotencia sexual, según la Sociedad Estadounidense de la Diabetes.

En general, entre el 35 y 75% de los hombres con diabetes experimentan cierto nivel de DE (incluyendo los hispanos). Peor aún, la DE se desarrolla de 10 a 15 años antes en el diabético que en un hombre sano.

“Alrededor del 60 al 70% de los pacientes que yo trato con disfunción eréctil avanzada son diabéticos”, confirma el doctor Robert Valenzuela, de la clínica Washington Heights Urology, en el Alto Manhattan.

“Esto se ve tanto en hombres jóvenes como en mayores y tiene que ver mucho con el tiempo que el paciente ha tenido la diabetes. Si la ha sufrido por más de cinco años es más común que tenga impotencia”, agrega el urólogo que se especializa en tratar la DE.

No se conoce con certeza por qué es tan alta la incidencia de impotencia sexual en los hombres diabéticos. Pero se sabe que la diabetes puede causar daño permanente a los nervios y vasos sanguíneos que controlan el flujo de sangre hacia el pene, y esto, por consiguiente, puede causar los problemas de impotencia.

El doctor Valenzuela, cuyos pacientes son en un 95% de origen latino, explica que la falta o el exceso de azúcar o glucosa en la sangre, así como de la insulina que se usa para tratar la diabetes, afecta a todos los órganos del sistema y sus tejidos, incluyendo el órgano sexual masculino.

“El tejido del pene es sumamente sensible y al acumular ese tipo de azúcar, los tejidos comienzan a desarrollar fibrosis, y como se comienzan a cerrar las arterias del corazón, también sufren las arterias del pene, que son sumamente pequeñas”, señala el médico.

“Uno de los principales problemas que veo en mis pacientes, especialmente entre los jóvenes, es que vienen quejándose de balanitis en el pene, que es una irritación crónica del glande y cuando le chequeamos el azúcar la tienen por encima de 200 y 300, y no habían sido diagnosticados aún con diabetes”, comenta Valenzuela.

Según el médico hispano, otro gran problema es que la mayoría de los pacientes sí notan que hay una diferencia o problema con su órgano sexual, pero tienen la tendencia a ignorar los otros síntomas de la diabetes.

“Hay muchos hombres que tienen más de cinco o seis años con problema de erección y no han hecho nada, no se han evaluado, y cuando son diagnosticados muchas veces ya es difícil revertir el daño que han sufrido el pene”, señala.

El doctor Valenzuela explica que si el paciente con impotencia no alcanza resultados positivos con tratamientos con pastillas como la Viagra, Cialis o Levitra, se tiene que incurrir a métodos más agresivos como las inyecciones directas en el pene, que estimulan la erección, o se le puede implantar quirúrgicamente una prótesis sintética dentro del cuerpo cavernoso del pene que se infla con una pompa (‘bombita’) colocada en los testículos (ver gráfico).

Colocarse la prótesis de pene, según Valenzuela, tiene un costo promedio de $15,000 a $30,000 y la cirugía es cubierta por la mayoría de los seguros médicos, incluyendo el Medicare.

“Cuando ya no responde a ninguno de los tratamientos, se le pone este implante. Y no hay edad para esto. Yo le puse implantes a un hombre de 31 años que perdió su función sexual a los 26 porque era diabético y no tuvo control de su enfermedad. Comenzó a sufrir impotencia y dejó de tener relaciones sexuales y a la larga, cuando vino a verme, el problema ya era irreversible”, cuenta Valenzuela.

La mayoría de los pacientes que requieren un implante peneano, dice el doctor Valenzuela, son los que tienen diabetes por largo tiempo.

Ese fue el caso de Máximo, un dominicano de 57 años, residente en El Bronx, que debido a la diabetes que sufre comenzó a experimentar problemas con la erección de su pene.

“Vi como cada día más iba decayendo sexualmente y busqué todos los métodos necesarios y ninguno funcionó”, explica el hispano.

“Yo no me sentí poco hombre, porque en el caso mío ya sabía lo que tenía y lo que venía, pero claro que no esperaba una cosa así tan drástica, porque (el pene) se me puso como muerto”, comenta máximo sobre las repercusiones que le causó la diabetes en su función sexual.

El doctor Valenzuela asegura que el hombre latino, por el machismo y el tabú, casi no habla de su sexualidad, y menos de sus problemas de erección. Además, muchos, por vergüenza, visitan a un doctor hombre y preferiblemente hispano, porque eso rompe la barrera.

El experto recomienda a los pacientes latinos que tengan diabetes que se eduquen sobre la disfunción eréctil y que le hagan a sus médicos preguntas claves sobre su condición, dejando a un lado la pena o el miedo.

Además, aconseja a los hombres con diabetes que hagan ejercicios, tengan una dieta saludable, y tomen sus medicinas, para tratar de mantener el azúcar bajo control, porque eso minimiza la oportunidad de tener problemas eréctiles en el futuro.

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