¿Qué puedes hacer si tu hijo sufre dislexia?

La dislexia no es una enfermedad ni un problema de aprendizaje: la dislexia es una confusión común entre los niños.

La dislexia no es un problema de aprendizaje.

La dislexia no es un problema de aprendizaje. Crédito: Thinkstock

La dislexia es una dificultad que enfrentan los niños para acceder al proceso de enseñanza de la lectura y que dificulta su comprensión correcta, sin que exista alteración en la inteligencia o algún otro tipo de problema físico.

Sin embargo, con base en el hecho de que puede haber pequeños que sólo tienen problemas para leer y otros que sólo presentan dificultades para escribir, en los años 80 se iniciaron investigaciones que llevaron a establecer una diferencia entre dislexia (complicaciones para aprender a leer) y disgrafía (problemas para aprender a escribir).

No obstante, es todavía común que ambas condiciones sean consideradas como dislexia. En todo caso, si se detecta y se trata a tiempo, esta condición tiene un excelente pronóstico de recuperación.

La maestra Irma Castañeda Ramírez, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que para realizar una detección oportuna, “es necesario considerar que los niños aprenden a leer y escribir durante el primer año escolar. En el caso de los colegios privados, este proceso ocurre en el jardín de niños y si se trata de escuelas públicas se da en el primer año de primaria. En este sentido, los papás necesitan buscar atención especializada si notan problemas cuando ha pasado un año desde que su hijo tuvo su primer contacto con el aprendizaje de la lectura”.

Generalmente, las primeras personas que se percatan de que puede haber un problema de dislexia en un niño son los maestros responsables del aula. Como están al tanto de todos los pequeños, de pronto pueden ver que alguno se va retrasando, y al detectar cualquier irregularidad, son quienes recomiendan a los papás que acudan con un psicólogo, que es el especialista indicado para atender esta dificultad.

La maestra Castañeda describe: “Este profesional llevará a cabo una evaluación a fondo para determinar si es una dislexia o una disgrafía o únicamente un retraso, porque también hay niños que avanzan de manera más lenta que el resto de sus compañeros”.

La confusión de letras fue el primer signo que llevó a estudiar las dificultades en la lectura. La experta detalla: “Se descubrió que estos pequeños tenían dificultades para aprender específicamente la b y la d, que son de las primeras que aprenden; también ocurre con la p y la q, y con la w y la m, o con la u y la n. Es decir, los mismos rasgos, pero con diferentes posiciones es lo que dificulta la diferenciación. Es un problema a nivel visual, porque con los mismos trazos podemos formar diferentes letras y es cuando los niños empiezan a tener problemas para diferenciarlas e identificarlas. De este modo, cuando ven la palabra burro, pueden pronunciarla como ‘durro'”.

Un niño con dislexia, no está enfermo. Su condición se puede considerar como una dificultad en los procesos psicológicos de percepción visual o auditiva. Sin embargo, cuando se refuerzan estas vías, ellos pueden superarlo.

La especialista puntualiza la idea: “En estos casos, el pequeño ve y escucha perfectamente y no hay que llevarlo ni con el oftalmólogo ni con el otorrino ni con el audiólogo. Lo que pasa es que tiene una confusión en la diferenciación de los rasgos. Ahí entra el trabajo del psicólogo, para que el niño pueda refinar estas diferenciaciones”.

El tratamiento indicado para esta condición consiste en una intervención psico-educativa, que permitirá al psicólogo identificar en primera instancia cuáles son los problemas en las vías perceptuales visual y auditiva, mediante el diseño de un programa especializado.

La maestra Castañeda está convencida de que los pronósticos son buenos cuando la dislexia o la disgrafía se detectan y se tratan a tiempo: “Estamos ante niños con inteligencia normal y su calidad de vida puede ser igual que la de cualquier otra persona. Con el apoyo adecuado, ellos tienen todas las posibilidades de superar sus dificultades”.

Es muy sano motivar su gusto por la lectura desde pequeños y es recomendable tenerles cuentos e historias a la mano y platicar mucho con ellos. De tal forma, si el pequeño presenta algún problema de dislexia, será más fácil detectarlo y, por lo tanto, brindarle a tiempo la atención especializada que necesita para acceder a un buen proceso de aprendizaje en el lenguaje.

Dislexia y dificultades de lectura

Jagannath Das

Editorial Paidós

España, 1999

Colaboración Fundación Teletón

“El principio de la paciencia es empezar por uno mismo”

Bojorge@teleton.org.mx

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