Diciembre de 2012: “Agarren su corazón”
Este año culmina la cuenta calendárica larga de la civilización maya; un sacerdote de Yucatán sugiere esta fecha para reflexionar sobre la actual condición humana
SAN FRANCISCO. Anduvimos por varios de los pasillos del City College, dando vueltas por las esquinas y corredores, buscando el silencio y la calma en andenes escolares vacíos que multiplicaban el eco metálico de las congas que hacían resonar un grupo tropical en el Festival Maya, celebrado el pasado fin de semana en el barrio de la Misión.
Cerramos una de las puertas detrás de nosotros y al fin pudimos escucharnos el uno al otro, arrinconados por la estridencia de la cumbia interpretada en vivo. Ya mucho han distorsionado el tema de la cuenta calendárica maya la industria editorial y cinematográfica, como para establecer una plática ruidosa con el presidente del Consejo de ancianos y sacerdotes mayas de Yucatán, Valerio Canche Yah, quien estuvo en la ciudad los días 15, 16 y 17 de noviembre, en exclusiva para el Festival.
Le recuerdo a don Valerio como le llaman en los pasillos del City College a este hombre bajito, de cabello cano y cubierto el cuerpo con bufandas, suéteres y un abrigo largo, cómo la cultura occidental ha promovido al 21 de diciembre de 2012 como “el fin del mundo”, una fecha fatídica.
¿Qué le diría usted a la gente para resarcir ese concepto fatalista que los medios han introducido en las personas?, le pregunto. Tranquilo, con voz pausada de abuelo, me responde, al tiempo que coloca sus dos manos sobre el pecho: “Mi mensaje sería: Agarren su corazón, en primer lugar, para pensar que el término de un gran ciclo de tiempo no es un final del mundo, sino que es el inicio de otro”.
Y sigue: “¿Cómo debemos recibir el otro tiempo? Debemos de recibirlo con buenos proyectos de la no violencia, de la paz, de la tranquilidad, porque eso se merecen los pueblos, la tranquilidad. Tenemos que proyectarnos hacia un gran futuro para la humanidad, de manera que no exista esta violencia que estamos viviendo ahora”.
Ese mismo sábado que platicábamos, el Estado de Israel descargaba sobre el pueblo palestino en Gaza, cohetes explosivos que en ese fin de semana habían sumado más de 100 muertes, incluidos mujeres, niños y ancianos.
¿Cómo mantener la esperanza en la humanidad? El pueblo maya mismo padeció la Conquista, la Colonia, la Guerra de Castas orquestada por el gobierno mexicano en el siglo 19, con miles de muertos que se traducirían en el etnocidio más feroz del México pre revolucionario.
Contesta don Valerio, con sencillez: “Debemos pedirle a los poderosos que reflexionen en torno a la gran destrucción que hacen a la Madre Tierra, de manera que no sigamos sobreexplotando la Madre Tierra, a cambio de nada. Tenemos que proyectarnos a algo que beneficie el ambiente, la biodiversidad, porque de esa manera, nosotros contribuiríamos a que la Madre Tierra tenga los elementos suficientes para soportar los grandes desequilibrios”.
Este 21 de diciembre, si usted no tiene posibilidad de unirse a las actividades alrededor de un fuego sagrado, como sugirió don Valerio, “basta con prender una vela y reflexionar en torno a la paz, la no violencia y la vida. Queremos convertir esto en alegría, por ser un acontecimiento histórico”.
Nos despedimos. Por los corredores del City College reverberan melodías tropicales que invitan al cuerpo a bailar.
Por ahí ronda el libreto con el programa del primer Festival Maya en San Francisco. En la imagen central aparece el épico Golden Gate, custodiado por dos pirámides representativas de la civilización maya, las de Tikal y de Chichén Itzá. El texto debajo del dibujo alerta: “No es el fin de los tiempos Es la época del renacimiento y la renovación”.
El ciclo que concluye es de 5,125 años, según refirió el arqueólogo del INAH Yucatán, Alfredo Barrera Rubio, en el Centro Cultural de la Misión. “Es el fin de la cuenta larga de un ciclo y es el inicio de un nuevo ciclo, que coincide con el solsticio de invierno en este año”, y que además, como predijeron los mayas, en este 2012, Venus se conjugó con el Sol en alineación con otros planetas, con lo cual dejaron asentado lo preciso de su relación con los astros.