Brad Pitt, entre la política y el hampa, en ‘Killing Me Softly’
Brad Pitt analiza la situación económica actual en Killing Me Softly, donde se sumerge en el mundo del hampa, de la mano del director Andrew Dominik
NUEVA YORK. Brad Pitt propugna un capitalismo responsable con una intervención del gobierno… hasta cierto punto.
“No se puede confiar completamente en la naturaleza humana”, dice el actor y activista social. “El capitalismo, aunque no conozco un mejor sistema, debe redefinirse a capitalismo responsable, que se trata no sólo de ganar tanto [dinero] como se pueda sino con el menor gasto posible”.
En cuanto a la intervención gubernamental: “Las regulaciones pueden ir demasiado lejos y uno puede terminar con juicios por brujería”, acotó el superastro de Hollywood, cuya nueva película Killing Them Softly traza paralelos entre la crisis financiera y el hampa en Estados Unidos.
“Pero al final de cuentas, cuando uno ve el comienzo de nuestra crisis financiera, fue la desregulación de los reguladores [la que la detonó]”, añadió en una entrevista esta semana.
Basada en la novela de 1974 Cogan’s Trade, de George V. Higgins, y dirigida por Andrew Dominik (con quien Pitt ya había trabajado en The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford), Killing Them Softly, que se estrena hoy, transcurre durante la contienda presidencial entre Barack Obama y John McCain, con imágenes y discursos de sus respectivas campañas salpicados a lo largo del filme.
Pitt, quien también fungió como coproductor, da vida a Jackie Cogan, un sicario contratado para restaurar el orden luego que un par de ilusos asaltan un juego de cartas de mafiosos ocasionando el colapso de la economía del crimen organizado local.
La cinta es muy política y a lo largo de los años has sido abiertamente partidario de Obama. ¿Fue el mensaje político de este guión lo que te atrajo a involucrarte?
Pensé que era una correlación interesante comparar el crimen organizado de bajo nivel con la política y en especial con la crisis financiera. Esta fue la visión de Andrew desde el comienzo. Esto ciertamente no estaba en el libro; en el libro es estrictamente un trabajo criminal. Y su idea, siendo australiano [nacido en Nueva Zelanda], viendo a Estados Unidos desde afuera y viviendo aquí y sintiéndose un tanto oprimido y agravado por la venta de ideales sin una verdadera sustancia detrás, es su experiencia. Pensé que era una visión realmente reveladora… una historia que valía la pena contar.
Tanto tú como Angelina Jolie [su prometida y madre de sus seis hijos] están muy involucrados en esfuerzos humanitarios. ¿Has considerado incursionar en la política?
No. No. No, no. Pienso que es uno de los trabajos más difíciles del mundo… especialmente ahora que estamos tan divididos. Quiero decir, este segundo término para Obama espero que traiga un mayor bipartidismo porque este “mi lado tiene que ganarle a tu lado” nos está afectando y ahora estamos en un extraño precipicio.
Hace unos años participaste en otra película con gran carga política, Babel, de Alejandro González Iñárritu, en la que se abordó el tema de la inmigración ilegal. ¿Alguna postura al respecto?
No soy lo suficiente entendido como para hablar de esto. Me gusta la reciente movida de la administración de Obama para niños que han crecido aquí, pero… Creo que tenemos que tener cuidado y no ser demasiado proteccionistas y uno escucha rumores de ello ciertamente de la ultraderecha y creo que eso es muy peligroso para nosotros. Nuestro país se hizo de inmigrantes… ¡Einstein era un inmigrante!
Has protagonizado películas violentas como ‘Fight Club’ e ‘Inglorious Basterds’ y has hablado también de cómo los medios pueden influir sobre la percepción. Siendo el cine un medio tan importante, ¿te preocupa el impacto que glamorizar la violencia en películas como ‘Killing Them Softly’ pueda tener sobre la sociedad?
No, no me preocupa. No sé, creo que es una de esas ideas puritanas de que vamos a pretender que no existe la violencia en el mundo. Y supongo que el asunto es cómo uno lo glamoriza… Creo que cuando hay violencia [en el cine] es la de una persona que tiene el mando sobre otra. Creo que la razón por la que nos gustan tanto esas historias es porque la mayoría de nosotros, la mayor parte del tiempo, no nos sentimos en el mando. Y pienso que es nuestra visión lo que lo glamoriza.
Esta no es una película que le mostrarías a tus hijos todavía…
Todavía no.
¿Han visto algo de tu trabajo o el de Angelina?
Nuestros dos hijos mayores [Maddox, de 11 años, y Pax, de nueve] han visto algunas cosas. Entienden que mami y papi aparecen en películas y no es gran cosa para ellos. Las películas son cuentos y son parte de sus vidas diarias. [Que seamos actores] no es especial.
Has dicho que te encanta producir y que sientes que tu trabajo como actor es hoy “bastante sólido”. También has dicho que siempre estás interesado en probar cosas nuevas. ¿Estarían escribir y dirigir entre ellas?
No, ni escribir ni dirigir. No es para mí. Creo que hay demasiada gente buena haciéndolo. Escribir es arduo para mí, es muy doloroso, no lo disfruto. ¿Dirigir? Prefiero dedicar ese tipo de energía a construir, todavía me gusta eso.
¿Cómo va el proyecto de casas sustentables en New Orleans en el que te involucraste tras la devastación del huracán Katrina?
Increíble.
Leí que se está expandiendo a nivel global.
Sí. Nos hemos expandido un poco. Estamos en Newark [Nueva Jersey] y en el centro de Kansas City, y estamos trabajando en un proyecto en Etiopía.
¿Algún plan de llevarlo a Latinoamérica?
De hecho hemos estamos estudiando llevarlo al Amazonas, donde Chevron, antes Texaco, ha causado daños y queremos ayudar a las tribus en el área.
La familia es obviamente algo muy importante para ti y Angelina, con seis hijos que incluyen tres adoptados de Asia y África. ¿Alguna vez pensaron adoptar en América Latina?
Ni siquiera estamos seguros de que hasta aquí llegamos, no le hemos puesto un límite [al número de hijos], estamos abiertos. Siento que en este momento tenemos un equipo bien sólido [risas]… el bote está lleno en cierto modo, pero siempre estamos abiertos, no nos hemos cerrado a ninguna idea.