Y que se pone ‘perrón’…

TIJUANA, México.— Las taquerías en esta ciudad son de lo más popular, y dicen que ayer los más pedidos por todos lados eran los tacos de chorizo.

Hambrientos del primer campeonato dentro de su cortísima trayectoria en la Primera División del futbol mexicano, los fanáticos del Club Tijuana Xoloitzcuintles de Caliente querían saciar su apetito a costa de los Choriceros de Toluca, en lo que fue el partido de ida de la final del balompié mexicano.

En las calles aledañas al estadio, el tráfico automovilístico era desquiciante, mientras los vendedores ambulantes aprovechaban para ofertar las últimas camisetas por 130 pesos o 10 dólares, piratas desde luego, porque las originales cuestan 900 pesos.

El estacionamiento del Estadio Caliente era la antesala de una fiesta futbolera que continuó durante 90 minutos en la cancha, y que en las gradas no dejaba de animar la porra local bautizada como “La Masacre”.

Cuatro horas antes del inicio del juego, Karla Gutiérrez y Marié Noriega habían llegado para ponerse en ambiente y, como desde hace año y medio, ondear de nuevo la bandera rojinegra.

“Para estar en La Masacre sólo hay que tener ganas de alentar al equipo”, comentó Karla, quien se enlistó en la porra oficial de los Xolos cuando el equipo ascendió a la Primera División.

“Y sin parar durante los 90 minutos”, agregó Marié mientras empinaba la lata de cerveza.

Junto con un grupo de amigos, Carlos Martínez y Octavio Sánchez también llegaron muy tempranito para hacer una carne asada, con chorizo por supuesto, y hasta contrataron un conjunto norteño para animar aún más esa pachanga que pronosticaban se pondría “perrona”, un término muy de esta ciudad.

“Vamos a ganar compita, 3-0, le vamos a aplicar la misma que al León”, alardeaba Carlos.

“Esto se va a poner perrón”, insistía Octavio, mientras los músicos interpretaban El Cachanilla, la célebre canción de los bajacalifornianos.

Adentro del estadio las emociones, al minuto 40, cuando Xolos se puso 2-1 en el marcador, estaban en su máximo esplendor, y el coro de “¡Fuerza Tijuas!” se repetía a todo pulmón, mientras que a más de uno se le humedecían los ojos de alegría… ¿O sería la xolocerveza?

Los ladridos continuaban en el estadio cuando unas sexys “xoloporristas” hicieron su presentación al medio tiempo.

En los baños, los comentarios elogiaban a los jugadores de Xolos y los cánticos hacían burla del rival: “¡Y dónde están, y dónde están… los Choriceros que nos iban a ganar!”.

En la fila para comprar cerveza un joven con la cara pintada de rojo y una X negra auguraba el primer campeonato para Tijuana, pero su compañero le pedía prudencia.

“Aguanta, güey, que todavía falta el juego de vuelta, y con la perra brava del Toluca va a estar difícil”, comentó en la espera de que le sirvieran la cerveza en el popular xolovaso que lleva la figura del capitán del equipo, Javier Gandolfi.

“¡Nah!, nosotros somos los perrones y vamos a ser campeones”, insistía el joven de cara pintada.

En lo que ambos estaban de acuerdo, mientras discutían en la fila por la cerveza, era que esta final de futbol ya se había puesto “perrona”.

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