EE.UU. busca renovar relación con Venezuela
Estados Unidos (EE.UU) busca una relación bilateral pragmática con Venezuela y dar énfasis en temas de interés mutuo como narcotráfico, terrorismo y energía, ahora que el mandatario Hugo Chávez no ejerce el poder.
WASHINGTON.- Es la iniciativa diplomática más importante en al menos una década que ha adelantado Estados Unidos para acercarse a Venezuela, un cercano aliado hasta los años 1990 que actualmente suministra el 10% de las importaciones energéticas al país del norte.
“Si el gobierno venezolano y el pueblo venezolano desean seguir adelante con nosotros, creemos que existe un camino posible”, dijo el miércoles Victoria Nuland, vocera del Departamento de Estado.
Washington seguirá buscando mejorar la relación aún pese a las críticas opositoras de que el gobierno viola la Constitución al posponer indefinidamente la posesión de Chávez para un nuevo sexenio, prevista para el 10 de enero.
El mandatario venezolano se sometió recientemente a una cuarta cirugía relacionada con el cáncer en Cuba y han surgido conjeturas acerca de que Chávez, de 58 años, no podrá volver a gobernar, en el mejor de los casos.
Washington no espera grandes cambios a corto plazo en cuanto a la conducción del poder en la nación sudamericana, pese a que Chávez no ha aparecido públicamente en un mes y su gobierno ha mantenido detalles de su enfermedad como un secreto de estado y seguirá conversando tanto con el gobierno como con la oposición y la sociedad civil a partir del 11 de enero.
Roberta Jacobson, la subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, conversó telefónicamente en noviembre con el vicepresidente Nicolás Maduro sobre maneras de mejorar la relación bilateral.
Y el diplomático estadounidense Kevin Whitaker le hizo seguimiento en una reunión con Roy Chaderton, embajador venezolano ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
El funcionario conocedor de las conversaciones dijo que mientras los venezolanos desean comenzar el acercamiento intercambiando embajadores —ausentes en ambos países desde 2010— Washington prefiere concentrarse en medidas que demuestren la voluntad mutua de acercarse antes de tener embajadores.
Los norteamericanos buscan el acercamiento para reforzar la cooperación antinarcóticos primero que nada, una óptica que no coincide con la venezolana, más inclinada a comenzar por reponer los embajadores y luego conversar sobre asuntos sustantivos.
Como parte de ese acercamiento, el gobierno norteamericano espera fijar la fecha para que el funcionario de la DEA responsable de la región andina y con sede en Bogotá visite Caracas para reactivar la cooperación antidrogas, ya que el tráfico por territorio venezolano se ha incrementado de manera importante otros años según sus estimaciones.
A juzgar por indicios recibidos de otras capitales, Washington asume que Chávez deseaba acercarse a Estados Unidos tras resultar reelecto en octubre porque la posición anti-estadounidense ya no lo ayudaba y porque un acercamiento no sería visto de manera negativa a nivel local.
Otro tema prioritario para el gobierno norteamericano en la relación bilateral es el combate al terrorismo, especialmente ante el temor de que hasta la mitad de los miembros de la FARC no se desmovilicen y se desplacen a Venezuela si prospera el proceso de paz que actualmente mantiene Bogotá con el grupo guerrillero.
Washington espera que Maduro continúe disponible para abordar ambos temas, aun cuando altos funcionarios del gobierno venezolano han sido designados narcotraficantes por las autoridades estadounidenses.
El gobierno estadounidense considera que la oposición venezolana, que actualmente convoca a organizaciones de diversa tendencia, necesita identificar un nuevo punto de encuentro que sustituya su rechazo a Chávez ahora que el mandatario está fuera de la escena política.
Y aún de celebrarse nuevas elecciones presidenciales, la administración norteamericana no confía en un triunfo automático de algún candidato opositor, en parte debido a sentimientos entre el electorado como lástima por el sufrimiento de Chávez o temor por la continuación de un gobierno que mantiene el proyecto chavista.