Latinos impulsan la venta de cigarros cubanos en Texas

Hispanos impulsan la comercialización de cigarros cubanos hechos a mano en el sur de Texas

Manny López, originario de La Habana, Cuba, inauguró hace más de seis años en Little League, al sur de Houston, Texas, una pequeña fábrica llamada "El Cubano Cigars", donde confecciona y vende cigarros hechos a mano.

Manny López, originario de La Habana, Cuba, inauguró hace más de seis años en Little League, al sur de Houston, Texas, una pequeña fábrica llamada "El Cubano Cigars", donde confecciona y vende cigarros hechos a mano. Crédito: EFE

LEAGUE CITY, Texas.- Un grupo de hispanos en el sur de Texas comercializa cigarros cubanos hechos a mano, cuyo consumo se ha popularizado gracias a un proceso de fabricación ancestral que se mantiene en Estados Unidos.

Manny López, originario de La Habana, Cuba, inauguró hace más de seis años en Little League, al sur de Houston, Texas, una pequeña fábrica llamada “El Cubano Cigars”, donde confecciona y vende cigarros de diversos tipos de hojas importadas provenientes de varios países de Latinoamérica.

“Aunque no se importa el tabaco de Cuba porque está prohibido por el embargo que existe de EEUU a la isla, la semilla es netamente cubana y se cultiva en Centro y Sudamérica”, explicó López.

“El proceso de fabricación de los cigarros también es hecho por personal especializado nacido en Cuba y con muchos años de experiencia, entre 40 y 50 años cada uno ‘ligando’ hojas de tabaco”, agregó.

López produce en su fábrica más de 200,000 habanos al año y es uno de los únicos dos proveedores en el estado de Texas que además de vender sus propios productos en todo Estados Unidos, contrata a “torcedores” o tabaqueros, artesanos especialistas en confeccionar los habanos.

El empresario afirma que sus puros se fabrican con los mismos métodos artesanales que se usan en Cuba y no como se hace en el mercado actual que le ha puesto mucho énfasis en tener una mayor producción, pero de menor calidad.

“Tenemos 18 ligas (hojas) diferentes, pero en realidad son cinco clases de tabaco que se usan en cada uno de los cigarros”, advierte López.

“Uno de ellos es el llamado ‘ligero’, que sirve para darle fortaleza, otro que se llama ‘viso’ que es para darle sabor y aroma, y otro que es seco, que ese sí se usa para que el tabaco se mantenga encendido, para que ‘queme’ y no se apague”, añadió.

Otra de las “ligas” sirve para envolver esas tres clases de hojas que mencionó López y cuando están listas van a moldes de madera y se prensan por más de una hora. Este proceso artesanal concluye con una última clase de hoja llamada “capa”, que sirve como envoltura.

La textura de cada tabaco, cuenta López, depende de la cantidad de “ligero” que se agregue, pero advierte que siempre se usa el mismo tabaco del mismo país de procedencia “para mantener las recetas”. López adquiere las hojas en varios países de Latinoamérica como Colombia, Perú, Honduras, pero la mejor “capa” es en estos momentos y desde hace varios años, la que se importa de los valles de Ecuador, que crece de semilla cubana.

Las “capas” también son de diferentes clases, desde el “claro” que es más suave hasta el “natural” y otro que es más oscuro que los demás y el más fuerte.

La clave, según López, radica en siempre usar la misma cantidad de tabaco en el proceso de “ligado”, pero también sucede que a veces es difícil mantener el mismo material porque un producto puede escasear en un momento dado del año o simplemente faltar por motivos ajenos en el proceso de importación.

“Entonces, si no tenemos ese material, esa mezcla no se hace”, afirmó López, quien insiste en que fumar tabaco es un estilo de vida.

En la tienda de López casi siempre hay dos “torcedores” sentados en una mesa de madera que utilizan “chavetas” (cuchillas), una guillotina, un pomo de goma vegetal y un cepo, que mide el diámetro, para fabricar cigarros.

La hondureña Norma McVickar también se dedica a la comercialización de puros al estilo cubano, un negocio que inició hace poco y que le ha dado el impulso económico que buscaba para formar una empresa.

“Hace tres años abrí mi tienda y me animé a hacerlo bajo este rubro porque existe un público que demanda esta clase de productos y cuyo consumo va en crecimiento”, sostuvo McVikar, quien consigue las hojas de tabaco importadas en Miami, Florida.

Su público es mayoritariamente masculino y consume diversas clases de puros, entre ellos los que vienen de República Dominicana, Nicaragua, Honduras y Costa Rica pero, según afirma, con semilla 100 por ciento cubana.

Su meta es abrir otra tienda similar en el área de Houston.

El tabaco es la planta comercial más cultivada en el mundo a pesar de no ser comestible lo que la convierte en el principal producto de importación de muchos países.

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