Colin Kaepernick: más que tinta en sus brazos

El mariscal de campo de los 49ers llega al Super Bowl “contra todas las posibilidades”

El mariscal de campo de los 49ers, Colin Kaepernick, "contra todas las posibilidades".

El mariscal de campo de los 49ers, Colin Kaepernick, "contra todas las posibilidades". Crédito: Archivo / AP

SAN FRANCISCO.– Hemos llegado a la fiesta grande de la NFL: el Super Bowl 47, a jugarse el 3 de febrero entre los Baltimore Ravens y los San Francisco 49ers. Siempre hay todo tipo de noticias alrededor del juego, pero para este 2013, ningún otro tema ha logrado acaparar los reflectores como la historia del joven mariscal de campo de los 49ers: Colin Kaepernick.

La biografía de Kaepernick, con 25 años en los hombros, resulta casi un cuento de hadas. Nacido en Milwaukee, de una joven de 19 años, con escasos recursos, fue dado en adopción a una pareja que ya tenía dos hijos, pero que había perdido a otros dos por problemas cardíacos. Cuando la madre eligió a los padres puso tres condiciones: que tuviera hermanos, que la familia tuviera estabilidad financiera y que gustaran de hacer deporte, condiciones decisivas para formar al hombre que Colin veremos este domingo.

Colin creció en Turlock, California, hasta que fue becado para estudiar en la Universidad de Nevada. Ahí jugó beisbol y fútbol americano con el “Wolf pack”, la manada de lobos. En 2009, el equipo profesional de beisbol, los Chicago Cubs, ofreció a Kaepernick 30 mil dólares sólo por ir a probarse un mes con el equipo en Arizona. “Los Cubs querían que Kaepernick firmara con las ligas menores en julio”, dice la nota en la página oficial de los Cachorros, lo que habría significado perder un mes de la temporada del Americano; “querían se graduara y jugara beisbol”. Siendo capitán del equipo y su mariscal titular, rechazó la oferta: “¿Qué diría eso de mí como líder si dejo al equipo para ir a jugar beisbol?”.

Durante la Universidad, Kaepernick fue novato del año por la Conferencia Atlética del Oeste (WAC en inglés) en el 2007; dos veces jugador ofensivo del año y dos veces mariscal titular de la selección de la conferencia. En cuatro años, registró más de 10 mil yardas ganadas, 740 pases completos, 82 touchdowns y un promedio de pases completos del 58.2%.

En 2011, Kaepernick fue elegido por Jim Harbaugh para jugar con los 49ers.

Colin había visto acción en el 2011, aunque Alex Smith era el titular indiscutible. Pero después de que sufriera una conmoción, Kaepernick fue ascendido a primer equipo en noviembre de 2012, decisión que le fue muy criticada al entrenador Harbaugh.

Despejaría dudas, Colin jugó siete partidos: ganó cinco, perdió y empató uno. En la postemporada va invicto dos de dos. Kaepernick ha derrotado a potencias como Nueva Inglaterra, Atlanta y Green Bay, juego donde impuso una marca histórica de más yardas corridas por un mariscal de campo (181), en un partido regular o de postemporada.

Algunos aficionados han mostrado desagrado por los tatuajes de Kaepernick en sus brazos, pecho y espalda. Esas voces encontraron eco en los medios de comunicación cuando David Whitley, de la compañía AOL Fanhouse, escribió en su columna que “un mariscal de campo de la NFL es la más alta posición de influencia y responsabilidad; es el gerente general de una organización de alto nivel, y no querrías que tu gerente luciera como si acabara de salir de prisión”.

Pero a Kaepernick no le importa lo que digan: “Me los hago porque me gustan; esto le muestra a la gente en lo que creo”, dijo Kaepernick al Mercury News.

Una interpretación gráfica de la Biblia (salmo 27:3) adorna su brazo izquierdo: “Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque se levante guerra contra mí, yo estaré confiado”, A lo largo del brazo derecho, el salmo 18:39 y la palabra “Fe”. En su pecho la frase: “Against all odds (contra todas las posibilidades)”; ángeles y demonios adornan su espalda.

Cuando estaba en el cuarto grado, en un ejercicio escolar, Kaepernick redactó una carta de cómo sería él mismo en el futuro: “Espero ir a una buena universidad y de ahí ir a jugar con los profesionales, ya sea con los 49ers o con los Packers”. Y he ahí el final feliz del cuento de hadas, el triunfo de los valores, la fe y la disciplina “contra todas las posibilidades.”

Ahora el joven atleta, devoto y sensación, se encamina al juego más grande de la NFL, cargando en sus espaldas no solamente ángeles y demonios, sino las esperanzas de millones de aficionados de los 49ers.

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