Inmigración estará en el Estado de la Unión

Obama insistirá en trabajo bipartidista para lograr progresos

WASHINGTON, D.C.— La cita es el próximo martes. Con cuatro años de gobierno por delante, el presidente Barack Obama defenderá una agenda liberal y renovada, donde la reforma migratoria integral cobrará mayor impulso.

Los 535 legisladores en la Congreso lo escucharán con atención. El mandatario hablará sobre la recuperación económica y mencionará prioridades como el presupuesto fiscal, trabajos, control de armas y medioambiente.

“Normalmente el Estado de la Unión detalla los grandes temas delineados en el discurso inaugural. Creo que inmigración ocupará una parte importante”, aseguró el profesor y experto en retórica presidencial, Robert Rowland, del Departamento de Comunicación en la Universidad de Kansas.

“Obama es el mejor en explicar un punto. A veces se le critica por ser muy académico, pero es muy bueno anunciando grandes temas. El fuerte de su retórica, es que nos hemos centrado mucho en el individualismo y debemos proteger a la comunidad entera”, comentó.

A finales de enero, Obama anunció en Las Vegas, que si el Congreso no avanza, presentará su propio proyecto de ley, para una reforma migratoria. La Casa Blanca difundió los aspectos relevantes en el plan.

Ahora, cuando las conversaciones en el Capitolio están más activas que nunca, las expectativas en torno a lo que diga el Presidente, se inclinan más por el lado de la cautela, que por nuevos detalles.

“No creo que diga nada diferente y por supuesto, no será tan extenso como en Las Vegas, ya que cubrirá varios temas. Todos sabemos que tienen la legislación redactada. Creo que la gran diferencia entre lo que el Presidente apoya y lo que se presentó en el acuerdo bipartidista del Senado, es que no tiene condiciones para el acceso a la ciudadanía”, explicó Frank Sharry, director ejecutivo de Americas Voice.

“Algunas veces en el pasado, incluso contábamos el número de palabras en que se mencionaba una reforma migratoria en el discurso, pero para ser honesto, después de lo que digo en Las Vegas, eso movilizó a muchos en los grupos pro inmigración. Ya probó que será su prioridad legislativa en los primeros seis meses de este año”, agregó.

En los discursos del Estado de la Unión en 2010, 2011 y 2012, el tono, las palabras escogidas por Obama y la extensión que dedicó, reflejaron el momento que se vivía en el debate migratorio.

En 2010 dijo “debemos continuar el trabajo para arreglar nuestro sistema roto de inmigración- asegurar la frontera y el control de nuestras leyes, para que los que cumplen con las reglas y contribuyen a nuestra economía, puedan enriquecer nuestra nación”.

Durante este periodo, las esperanzas sobre avances entre la negociación de los senadores Charles Schumer (D-NY) y Lindsey Graham (R-SC), se estaban desmoronando y la Casa Blanca tenía sus ojos en otras prioridades.

En 2011, Obama habló de “inmigración ilegal”, llamó a un acuerdo para trabajar en conjunto y a terminar con la expulsión de talentos y mano de obra altamente calificada.

En esta etapa, en Washington, nadie tenía fe respecto a los avances sobre una reforma. Las negociaciones estaban congeladas y el movimiento pro inmigrante luchaba para mantener el tema a flote.

En 2012, el Presidente se centró en Dream Act. “Muchos llegaron cuando eran niños pequeños, son estadounidenses hasta la médula, pero viven día a día con la amenaza de ser deportados”, enfatizó.

“Si las intrigas políticas del año electoral impiden al Congreso formular un plan, al menos acordemos dejar de expulsar a estos jóvenes responsables que desean trabajar en nuestros laboratorios, iniciar nuevas empresas y defender a este país”, agregó.

Aquí, la Administración comenzaba el debate interno para detener las deportaciones de jóvenes y darles acceso a acción diferida, lo que luego se concretó a través de DACA.

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